Celebración del Dijous Bo 2021 en Inca. | Pere Bota

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Cuando se cumplen veinte años de la suspensión de todos los actos al aire libre del Dijous Bo por el gran temporal que azotó Mallorca en 2001, este jueves todas las miradas seguían pendientes de las nubes y de las lluvias que habían afectado horas antes a municipios cercanos. Las plegarias que el pasado sábado el alcalde de Inca realizó en el monasterio de Sant Bartomeu surtieron efecto y durante toda la jornada de ayer tan solo se registraron algunos momentos con pocas gotas que no afectaron al desarrollo de la gran feria. Para evitar las aglomeraciones frente al Ajuntament, este año el encuentro con las autoridades se celebró en la Plaça Mallorca. La presidenta del Govern, Francina Armengol, y la presidenta del Consell, Catalina Cladera, acompañaron al alcalde, Virgilio Moreno, en un recorrido que siguieron también consellers como Mercedes Garrido o Mae de la Concha. La delegada del Gobierno, Aina Calvo, y el presidente del Parlament, Vicenç Tomas, no faltaron a la cita así como los alcaldes de sa Pobla (Llorenç Gelabert), Felanitx (Jaume Monserrat) y Selva (Joan Rotger). El abanico político estuvo muy bien representado por una potente delegación del PP, con Marga Prohens y Llorenç Galmés al frente. El PI y Més optaron por un perfil bajo con regidores locales y algún responsable del Consell, mientras que Ciudadanos apostó fuerte por Inca con la apertura de su nueva sede en la ciudad y la presencia de Patricia Guasp. Vox también trajo toda su artillería a la capital del Raiguer, aunque decidieron hacer la ‘guerra' por su parte y se alejaron de la comitiva principal.

Las autoridades en el stand de Ultima Hora. Foto: P.Bota

Calles abarrotadas

La oficialidad de los primeros instantes en la Plaça Mallorca se fue diluyendo para dar paso a miles de ciudadanos que cerca de las once de la mañana abarrotaban el centro de Inca, especialmente en la zona donde se delimita el Mercat Pagès. El alcalde definió esta feria como de «transición». Tanto desde el Ajuntament d'Inca como desde el Govern se había pedido a los ciudadanos que hicieran uso de las mascarillas y que, en la medida de lo posible, se mantuviera el distanciamiento. Así como con las mascarillas hubo un elevado porcentaje de visitantes que la llevaban, la propia configuración de la feria hacía imposible mantener cualquier tipo de distancia de seguridad. En las calles peatonales se volvieron a ver las escenas prepandemia con algunas aglomeraciones puntuales y un río de personas que no se replicó en otros puntos de la ciudad donde se concentraba la oferta industrial y de vehículos.

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La organización decidió esponjar todo el espacio expositivo del Dijous Bo y este año la feria alcanzó los nueve kilómetros, uno más de lo habitual. La Plaça Mallorca ha vuelto a formar parte del recorrido y ayer acogió la muestra empresarial y los expositores de los medios de comunicación. En el pasado este espacio quedaba un tanto apartado y las visitas eran más escasas, pero ayer hubo una gran afluencia. Entre las principales novedades de este año figura el cupón de la ONCE, que ayer se dedicó al Dijous Bo. Varios puntos de venta del centro despachaban a los compradores que se concentraban a su alrededor para no quedarse sin la oportunidad de salir agraciados.

Pasajeros llegando a la estación de Inca. Foto: Elena Ballestero

El Vacubús instalado por el Govern en la plaza de Santa Maria la Major continuó con la campaña de vacunación para la COVID. Al mediodía se habían vacunado 17 ciudadanos y por la tarde hubo nuevas inoculaciones. Inca, y también Mallorca, vivieron este jueves una prueba de fuego con un evento multitudinario precedido de una fiesta nocturna en pleno aumento de los casos COVID. El tiempo dirá si las medidas de seguridad sanitaria que tomaron la mayoría de ciudadanos han sido suficientes para que

Personas esperando para vacunarse en el Vacubús. Foto: Elena Ballestero