El vertedero acumula una gran cantidad de botellas de bebidas y de cristales rotos.

TW
43

Un grupo de excursionistas que realizaba una ruta por el entorno del Coll de sa Batalla, en las inmediaciones de Lluc, halló hace unos días un vertedero ilegal oculto entre los matorrales en el que se acumulan una gran cantidad de botellas de cristal y vidrios rotos. El hallazgo se produjo hace unos días a unos diez minutos a pie de la carretera de Inca a Lluc, a poca distancia de la gasolinera y cafetería ubicados en este punto.

Tanto el Ajuntament d'Escorca como la Conselleria de Medi Ambient afirman que desconocían la existencia de este vertedero. El alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, se mostró ayer sorprendido porque «nadie lo haya denunciado antes; lo pondremos en conocimiento de Medi Ambient que es quien tiene la potestad de actuar al estar dentro del paraje protegido de la Serra de Tramuntana».

Áreas de aportación

Solivellas considera que la existencia de este vertedero tiene que ser antigua y que no está vinculada a ningún negocio actual. «Desde hace muchos años, cada uno de los restaurantes de Escorca tiene asignada una área de aportación de residuos en exclusiva, cerrada bajo llave, y luego el camión de recogida pasa a vaciarlas puerta a puerta; de este modo tenemos un mayor control y facilitamos que se recicle bien; es impensable que esto sea reciente».

Por su parte, la Conselleria de Medi Ambient puso este viernes el hallazgo en conocimiento de los Agents de Medi Ambient (AMAS) destinados a la zona para que procedan a levantar acta de la presencia de estos residuos y tratar de esclarecer su origen. Una vez documentado, con toda probabilidad se iniciarán las tareas de limpieza, puesto que los cristales abandonados en el bosque constituyen un potencial peligro de incendio.

Desde el Ajuntament d'Escorca se sostiene que los vertidos serían muy antiguos, que podrían haber quedado abandonados tras la quiebra de una sociedad que es la propietaria de la finca de es Guix, después de que fracasaran los planes para construir una urbanización, un proceso que ha culminado –después de un largo litigio– con la desclasificación de aquella urbanización y la protección de la Serra de Tramuntana. Pese a que toda la Serra fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco hace diez años, aún surgen muestras de falta de conciencia medioambiental en el pasado.

Punto de vista
Juanjo Roig

Un delito más contra la Serra

Juanjo Roig

La Serra de Tramuntana obtuvo hace diez años la declaración de Patrimonio Mundial por la Unesco gracias a la acción humana en su paisaje a través de la pedra en sec y las canalizaciones hidráulicas. Afortunadamente el comité que otorgó la distinción no tuvo en cuenta los desastres que año tras año perpetran energúmenos que no tienen otra cosa que hacer que maltratar un paraje único. Lo del vertedero de vidrio ahora descubierto es la punta del iceberg de pequeños delitos ecológicos que se suceden día tras día.