Aspecto que presentaba el Casal en 2011 con importantes filtraciones de agua que dañaron los archivos.  | Elena Ballestero

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Tras una década de disputas judiciales entre el Ajuntament y el Consell de Mallorca, Pollença deberá asumir en solitario el coste de las obras de reforma del Casal de Can Llobera, ejecutadas por vía de urgencia en 2011 tras una inundación que causó importantes daños en el fondo documental de la familia Llobera. El coste total de la intervención asciende a 496.164 euros de los que inicialmente el Consell tenía que aportar 248.082 euros y el Ajuntament 248.082 euros. El Tribunal Superior de Justicia de les Illes Balears (TSJIB) ha dictado una reciente sentencia en la que estima el recurso que el Consell presentó contra la sentencia del 28 de febrero de 2020 del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Palma que había dado inicialmente la razón al Ajuntament.

El Consistorio solicitaba que se anulara el acuerdo de revocación de la subvención aprobado en el pleno del Consell en 2016. El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Palma castigaba así la «inactividad» del Consell frente a los escritos presentados por el Consistorio. El TSJIB discrepa del tribunal de primera instancia y ha dado ahora la razón al Consell. Concluye que el Ajuntament incumplió los plazos requeridos para optar a la subvención.

El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre, dice que le pidió expresamente a la presidenta del Consell de Mallorca, Catalina Cladera, que no recurriera la sentencia, teniendo en cuenta que el propio Consell pagó    el millón y medio de euros que costó el casal. Se lo cedió al Ajuntament de Pollença pero mantiene un derecho de uso sobre el mismo. «Le pedí expresamente a Catalina Cladera que no recurriera la sentencia, pero se excusan en los técnicos para ir en contra del interés general», opina el alcalde Cifre.

El apunte

«Intervenimos de urgencia porque aquello era un desastre»

«El Ajuntament se vio obligado a intervenir de urgencia en el Casal de Can Llobera que había comprado el Consell. Llevaba seis años cerrado y era un desastre. El agua dañaba el casal y el archivo y necesitábamos una prórroga en los plazos», dice Cifre.