La fábrica de cemento de Lloseta, rodeada de un parque fotovoltaico. | Lola Olmo

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La multinacional Cemex podrá importar a Mallorca hasta un máximo de 10.000 toneladas al año de escorias de incineración procedentes altos hornos para usarlos como materia prima en la fábrica de cemento de Lloseta. Este residuo se genera partir de la incineración a más de 1.500 grados, un proceso que no existe en Mallorca y por tanto se importarán de otros lugares.

Ante las críticas de la plataforma ecologista Reviure Tofla, que lucha contra la actividad de la cantera de Can Negret, explotada por Cemex para la fabricación de áridos, el Govern, a través de la Comissió de Medi Ambient (CMAIB), admite que ha aprobado la modificación de la evaluación ambiental de la cementera para que pueda importar escorias de altos hornos para fabricar una gama de producto de calidad «con todos los informes favorables y con la intención de reducir el material de extracción de canteras». La CMAIB señala que «siempre se han usado escorias en Cemex, antes eran procedentes de Tirme, que precisamente no llega a 1.500 grados; las escorias son un residuo ‘no peligroso' que se utiliza en la construcción, pero como ahora tiene poco mercado, termina en el vertedero del Corral Serra, en lugar de ser reutilizado en un ciclo de economía circular».

La CMAIB, órgano consultivo del Govern en materia de medio ambiente, puntualiza que «la planta de Lloseta está en funcionamiento, aunque tenga una actividad mucho menor que antes, y cumple la normativa europea, una de las más restrictivas». Aclara que lo que se autoriza es el uso de escorias, no de cenizas. «Estas últimas van a un depósito de seguridad en Son Reus, aunque no tengan la consideración de peligrosas.