Los registros que presenta Magaluf a estas alturas vaticinan el mejor año de su historia. Salvo ofertas «muy puntuales» en aquellos establecimientos que gustan de trabajar al 100x100 de ocupación, la realidad del mes de julio ha sido la de hoteles prácticamente llenos, y ello a pesar de unos precios que en la mayoría de los casos igualan o superan los que existían en 2019, el verano previo a la pandemia que supuso un récord turístico para las Islas. Explican incluso desde algún hotel próximo a Magaluf cómo ni tan siquiera las tarifas desincentivadoras sirven para frenar la llegada de turistas. «Las últimas habitaciones las ponemos a precios desorbitados para no llenar el hotel, pero nos encontramos con que también nos las reservan», admite la responsable de un cuatro estrellas que está superando «ampliamente» la facturación de su mejor temporada.
Si en el sector hotelero existe una satisfacción rotunda, la oferta asociada tampoco tiene motivos de queja a estas alturas del calendario. «La temporada es muy buena», reconocen los empresarios como Juanma Colom, copropietario de cuatro locales de ocio en la zona. Los turistas –explican– han llegado esta vez con dinero y con ganas de gastarlo, como si tras dos años de coronavirus muchos quisieran fundir en una semana lo ahorrado durante el confinamiento. Bares de copas, discotecas y restaurantes parecen recuperar parte del terreno perdido tras dos veranos a medio gas, y ni tan siquiera la obligada subida de precios a la que la inflación ha obligado durante las últimas semanas ahuyenta a un cliente feliz por recuperar sus vacaciones en Mallorca. A cualquier precio.
El gasto de los turistas, aunque siempre haya excepciones, resulta este año frenético. Quien pruebe estos días de reservar una hamaca o una cama balinesa en cualquier hotel o beach club de la zona lo podrá comprobar. «No hay disponibilidad en toda Mallorca», anticipa el director de uno de los hoteles más conocidos de Magaluf, quien recomienda llamar con al menos una semana de antelación para poder disfrutar de un día junto a la piscina. Y para redondear el verano, la masiva presencia de visitantes –la mayoría británicos, pero con un número creciente de franceses y centroeuropeos– en la planta hotelera de Palmanova y Magaluf, no ha provocado este año apenas ninguna de esas fotos sórdidas que hacían retroceder el terreno ganado para la imagen de la zona. Los accidentes por precipitados han desaparecido en julio y el tejido empresarial de Magaluf confía en que agosto siga trayendo solo buenas noticias para un destino que parece haber dado el salto de calidad casi definitivo.
El apunte
Algunos regresos a los países de origen a causa de las elevadas temperaturas
2 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
Mejor temporada turística será para los hoteleros, no para los residentes.
Amb el que es recaudi, s'ha de comprar hotels per tirar-los abaix i dignificar la zona poc a poc