El Departamento de Movilidad e Infraestructuras del Consell ha realizado un seguimiento durante los últimos años de los problemas ocasionados por la caída de bloques rocosos a lo largo del trazado del Ma-10 entre los kilómetros 30+250 y 31+100, en la zona del Gorg Blau, en la Serra de Tramuntana. Los datos, que han demostrado que es una zona sensible e inestable, han posibilitado redactar un proyecto de contención y mejora de la zona. «Lo que queremos, lo que hacemos, con este proyecto, es anticiparnos a la posibilidad de que se produzcan desprendimientos en la zona, con el riesgo que esto supondría para la gente. Por tanto, lo que hacemos es actuar antes, consolidando y protegiendo los taludes con la implementación de pantallas y otros elementos de sustentación y seguridad necesarios para proteger el entorno de la carretera Ma-10 en esta zona próxima al Gorg Blau, de los deslizamientos y desprendimientos rocosos de la vertiente. De esta forma, conseguimos dar mayor seguridad a la Ma-10 y a los usuarios de la misma», ha explicado el conseller Sevillano.
Una de las principales actuaciones que se llevarán a cabo será la instalación de barreras dinámicas de protección, que consisten en una pantalla de cableado y malla tensa de altura y longitud variable de acuerdo con las exigencias del macizo rocoso. La capacidad de absorción de energía de estas pantallas será específica para cada tramo para ajustarse a las necesidades de recogida de los pequeños desprendimientos. Estas barreras se instalarán en las partes bajas de la vertiente, para detener y recoger los pequeños bloques y rocas que se desprenden de la vertiente antes de llegar a la carretera. Se instalarán tres tipos de barreras dinámicas diferenciadas en cuanto a longitud, capacidad de absorción y contención de energía y desprendimientos. La longitud total de área protegida mediante barrera dinámica será de 950 metros. Respecto a la protección activa, se dispondrán en las zonas de la vertiente que no se pueden proteger con las barreras dinámicas (zonas con un número elevado de desprendimientos o bien con volúmenes importantes de roca desprendida, o muy disgregada) para disminuir el peligro a partir de la minimización del número de bloques rocosos que pueden caer.
También se prevé colocar una malla de triple torsión anclada, un sistema de componentes anclados sobre una superficie, con la capacidad para evitar y controlar desprendimientos y aportar estabilidad superficial al terreno. Estas mallas se distribuirán a lo largo de toda la longitud del talud. Además, se instalarán geomallas de refuerzo de taludes, cuya función principal es actuar como un refuerzo más, en coordinación con la malla de triple torsión, haciendo de filtro y, por otra parte, potenciando la formación de una cubierta vegetal. Finalmente, la malla de cables de acero se dispondrá sobre el terreno para estabilizarlo, en continuo contacto con el suelo, para conseguir un efecto de sostenimiento. De esta forma, se protege el talud ante posibles desprendimientos y otros fenómenos de inestabilidad superficial. Se estima que el plazo de ejecución de las obras es de seis meses, con un presupuesto de 1.973.414,77 euros.
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