En el concurso participaron 22 melones y en las cinco primeras posiciones quedaron Antoni Mascaró (que se alzó con el primer y tercer puesto) y el joven de Cas Concos Llorenç Soler, que ganó el segundo, cuarto y quinto premio. De hecho, Soler consiguió el primer premio el año pasado con una pieza de récord de 24,260 kilos.
Pero el acto estrella de la Fira del Meló de ayer no estuvo exento de polémica. Un vecino presentó un ejemplar que el jurado no pesó alegando que era una calabaza. El productor del melón desclasificado mostró su malestar y explicó que en las bases del concurso no se especifica de qué variedad tienen que ser los melones. Después del concurso, abrió su pieza para demostrar que era un melón que, según él, pesaba 24 kilos.
Quien también tenía una pieza de 24,500 kilos era el ganador del concurso Antoni Mascaró, «pero esta mañana –por ayer– se ha roto». Mascaró achaca este hecho al extremo calor de este verano que ha impedido que los melones crecieran más. Este hecho ha provocado que los ejemplares presentados fueran más pequeños que el año pasado.
Pero a parte del concurso, Vilafranca vivió ayer un día de feria que llenó el pueblo de gente y puestos. Maquinaria agrícola, artesanía, productos locales y una muestra de empresas locales fueron la oferta que vecinos y visitantes encontraron durante su paseo por las calles más céntricas del pueblo.
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