Sobre las cuatro de la madrugada llegaron los primeros ‘marxaires’ a Lluc, aunque fue sobre las siete de la mañana cuando llegó la gran mayoría de peregrinos, | Laura Becerra

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Una serpiente multicolor cubría la madrugada de ayer la calzada que une Inca con el Santuario de Lluc. Miles de peregrinos de muchos rincones de Mallorca iluminaban el camino con linternas, las luces de sus teléfonos móviles y con reflectantes que la organización de la XLI Pujada a Lluc a peu de la Part Forana les entregó a la salida, a las 4:30 horas en la plaza de es Bestiar de Inca. Aunque la partida oficial se daba a esa hora en la capital del Raiguer, muchos peregrinos habían pasado ya por la ciudad, pues acudían desde lugares muy alejados. Probablemente la gesta más lejana la protagonizaron el portavoz del PP en el Consell, Llorenç Galmés, y Antoni Ferrer. Ambos partieron a las 15:45 del día anterior desde el faro de Cala Figera (Santanyí). Completaron la marcha de unos 79 kilómetros en algo más de 13 horas, llegando a Lluc a las 7 de la mañana. Junto a los dos valerosos marxaires cabe destacar la asistencia de dos más desde Portocolom y otros tres desde s'Horta, como puntos más alejados del Santuario.

La plaza dels Pelegrins comenzó a llenarse de gente muy pronto por la mañana y el césped de sus zonas ajardinadas sirvió de mullido e improvisado lecho para muchos de ellos. Cansados, no dudaron en dejarse caer sobre la hierba para echar un sueño. Martí Solivellas, uno de los voluntarios y expresidente de la Associació d'Antics Blauets, entidad organizadora, contaba que «a las cuatro de la mañana empezaron a llegar los primeros peregrinos a la zona de recreativa situada junto al aparcamiento, sin bien cabe precisar que aún eran muy pocos. A esa hora hemos servido los primeros vasos de chocolate con galletas», explicó. Los voluntarios prepararon 500 litros de chocolate caliente que endulzaron con 60 kilógramos de azúcar y que se acompañaron con 5.000 paquetes de galletas dulces de la conocida empresa Quely de Inca.

Los pelegrinos recuperaron fuerzas al llegar al Santuario, otros optaron por descansar en el césped
Los pelegrinos recuperaron fuerzas al llegar al Santuario, otros optaron por descansar en el césped.

Sobre las siete de mañana llegaba el grueso de peregrinos y los voluntarios redoblaban esfuerzos para servirles el reconfortante desayuno. Los alcaldes y responsables de los caminantes de cada uno de los 45 pueblos que secundaron la convocatoria aprovechaban para comentar las curiosidades y anécdotas del camino. Llorenç Gelabert, presidente de la Associació d'Antics Blavets y alcalde de sa Pobla, se encargó de recibir a marxaires y autoridades que llegaban a pie a la zona próxima al estacionamiento del Santuario. El responsable manifestó complacido que «se han contabilizado unas 6.800 personas, lo cual es una gran alegría pues suponen un número muy similar a la edición de 2019, la última antes de que la pandemia nos obligase a suspender la subida anual». La única nota negativa de esta edición fue la ausencia de Pollença. Los responsables de Antics Blavets de dicho municipio desistieron ante las dificultades de obtener los permisos para transitar por el antiguo camino de Lluc. Gelabert destacó al respecto «el incremento de las dificultades debido a la complejidad burocrática y el aumento de costes». La edición de este año ha supuesto un gasto de 40.000 euros financiados por los patrocinadores: Caixabank y el Consell de Mallorca, así como aportaciones de los participantes.

Seguridad

El presidente de Antics Blavets destacó «la utilización de siete ambulancias con soporte vital avanzado y la presencia de más de 100 voluntarios de las diferentes agrupaciones locales de Protección Civil así como una veintena de agentes de la Guardia Civil de Tráfico». Se repartieron 8.000 reflectantes que los caminantes portaban para hacerse visibles en la noche. Los municipios de sa Pobla, Manacor y Santa Margalida, mandaron además a sus colles de gegants que plantaron las grandes figuras que los representan a las 8 horas en la Plaça dels Pelegrins. Acompañados por la música de xeremiers y flaviolers i tamborinos, los gigantes ofrecieron un aplaudido baile. Allí acudieron el prior de Lluc, Marià Gastalver, y el administrador del santuario, Antoni Moreno, para saludar a todos los que iban llegando. Les acompañaba el alcalde de Escorca, Antoni Solivellas, como representante del municipio anfitrión. Solivellas manifestó «la alegría de recibir de nuevo a los peregrinos de toda la Part Forana después de dos años de suspensión de la popular subida a pie. Se nota que había ilusión y ganas después de la pandemia».

A las nueve de la mañana tuvo lugar el acto de recepción en el Acolliment del Centenari, con unas palabras de Llorenç Gelabert. El responsable impuso la medalla de plata de la asociación al vecino de Sineu Columbiano Aguayo Barroso. Este peregrino de 77 años lleva subiendo a Lluc desde hace 40 años. Columbiano se emocionó al recibir la distinción y el aplauso de las más de 500 personas que se congregaron. Explicó que «este año ha sido ilusionante pues los dos anteriores no se pudo hacer. Estaba muy alegre y me he cansado poco, tanto es así que llegando le he gastado una broma a mi hijo retándole a hacer un esprint». Columbiano salió a la una de la madrugada de Sineu para llegar a Lluc a las siete de la mañana.

Eucaristía

Imagen de la eucaristía presidida por el prior Marià Gastalver
Imagen de la eucaristía presidida por el prior Marià Gastalver.

Marià Gastalver presidió posteriormente la misa junto a Antoni Moreno y Antoni Burguera. Antes de iniciarse la eucaristía, los municipios participantes hicieron una ofrenda a la Mare de Déu. Por primera vez, en lugar de las típicas flores, los participantes entregaron cestas con los productos agroalimentarios más representativos de sus municipios. Así Gastalver recibió obsequios como la miel de Ses Salines, las galletas de Inca o la impresionante cesta repleta de las exquisiteces del campo y la charcutería de sa Pobla y Muro. El último en hacer su ofrenda fue Xisco Duarte, autor del cartel de este año, que entregó el original al prior en mitad de un sonoro aplauso. El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull ofició la eucaristía de las 11 horas en el interior de la Basílica, con la participación de la Escolanía de Lluc.

El apunte

Mercadillo dominical de artesanos

La jornada de ayer en Lluc supuso, además, el reinicio del tradicional mercadillo artesanal tras el parón veraniego. Los artesanos integrantes del Sindicat Obrer de la Pau volvieron a los ‘portxets’ y a la plaça dels Pelegrins para exponer el producto que manufacturan. Cabe destacar que aunque normalmente se concentran unos 25 puestos de artesanos, ayer fueron algunos menos debido a las dificultades de acceso.

Aún así, se puedo ver una nutrida y variada representación de algunos artículos tan típicos como los ‘siurells’. Fue un atractivo más tanto para los peregrinos como para los visitantes del santuario en la jornada que también se celebró la Diada de Lluc.