Capdepera dará vida a su centro histórico con dos nuevos hoteles

Estos dos nuevos hoteles se sumarán al que ya se abrió en 2019, un cuatro estrellas superior, ubicado en el antiguo convento de ca ses Monges, en la calle Dones de la Llata. El hotel boutique, un sitio con encanto y trato personalizado, tendrá 12 plazas y el Ajuntament ya le ha otorgado la licencia básica. Contará con unas instalaciones modernas y acogedoras y con piscina y spa. Está ubicado en la céntrica calle Port, junto a la Plaça Orient donde se encuentran concentrados la mayoría de establecimientos de restauración. Por otra parte el proyecto de segundo hotel, en la calle d'en Cosset esquina calle Centre, está también muy avanzado y cuenta con el informe de patrimonio, a la espera de resolver unas pequeñas deficiencias. En esta caso tendrá unas 20 plazas.

Satisfacción

El alcalde, Rafel Fernández manifestó que «la abertura de dos nuevos hoteles es una noticia muy positiva. Después de seis años se hace realidad. Ya modificamos las normas con el objetivo que las viviendas ubicadas en el centro se pudieran rehabilitar y convertir en establecimientos turísticos».
Al estar muy cerca del Castell, la oferta de restauración es todavía más atractiva. Esta fortificación cuenta con muchas visitas anuales.

Ante la elevada demanda para hacer hoteles de interior el Ajuntament decidió hacer este cambio urbanístico. Según explicó el alcalde «hay otros proyectos empresariales en el centro con lo que se podría ampliar la oferta turística en este sentido». El hotel ubicado en el antiguo Convent cuenta con 52 plazas, con lo que con estas nuevas inversiones privadas la oferta turística de interior superaría las 80 plazas.

La idea del Ajuntament era crear un segmento turístico propio de Capdepera Vila. «Por ello modificamos los parámetros urbanísticos para instalar hoteles de interior con la oferta complementaria que ello comporta». Por otra parte hace unos años se hizo una importante inversión para embellecer el centro.

Punto de vista

Crecer con ‘seny’

Lola Olmo

La nueva oleada de inversiones turísticas ha puesto su punto de mira en los centros históricos de los pueblos, hasta ahora caracterizados por su tranquilidad y por conservar la idiosincrasia de su gente. Convertir los edificios señoriales o con historia, como los conventos, en pequeños hoteles es mejor que ver cómo se caen a pedazos. Pero ojo con crecer a este ritmo y que pronto ya no quede donde refugiarse de la masificación y pérdida de identidad que ya conocemos.