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Pasaban las 6.30 de la mañana del 5 de noviembre de 2005 cuando el Govern balear comenzó, ante la mirada de numerosos curiosos, la polémica demolición del Pont des tren de Palma. Aunque se trataba de un bien catalogado la entonces consellera de Obres Públiques, Mabel Cabrer, defendió que «los estribos del puente impedían avanzar las obras de paso subterráneo de las vías del tren de Inca». Las protestas de vecinos y entidades patrimoniales como ARCA fue inmediata. Así nació la Plataforma pel Parc de les Vies que denunció la destrucción del puente, en contra del Plan General de Ordenación Urbana y la Llei de Patrimoni Históric.

Finalmente la Comissió del Centre Històric aprobó el 1 de febrero de 2006 recomendar la reconstrucción del Pont des tren en su ubicación original, en la calle Gabriel Maura, y con las mismas medidas que tenía antes de su desmontaje parcial y posterior demolición. La reconstrucción finalizó en el primer trimestre de 2007 y a día de hoy son muchos los vehículos que transitan por la réplica. Bajo el puente discurren las vías del tren y del metro hasta la estación intermodal, bajo la Plaça d'Espanya.

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Aunque no tan sonada como la demolición del Pont des Tren de Palma, la demolición de la Pescateria de Pollença, también originó un importante movimiento popular: Un tèntol per la Pescateria. La plataforma ciudadana estaba integrada por una treintena de intelectuales pollencins que se plantaron contra el proyecto del Ajuntament de demoler la vieja pescadería de la plaza y construir en su lugar un centro multifuncional. Era agosto de 2014 y entre aquellos intelectuales que pidieron un tèntol estaba el histórico ecologista Miquel Àngel March que solo unos meses después acabó uniendo a buena parte de la izquierda pollencina bajo la marca Junts Avançam. Se convirtió en alcalde de Pollença en junio de 2015. Una de las primeras medidas aprobadas por su equipo fue la de indemnizar al ganador del concurso de ideas del nuevo edificio de la Pescateria y encargar un nuevo proyecto, esta vez de rehabilitación, pero las cosas no salieron como estaban previstas.

Durante la ejecución de las obras de rehabilitación se hallaron bajo el pavimento original varios esqueletos, correspondientes a una necrópolis de época islámica. El hallazgo requirió de una excavación más en profundidad que obligó a eliminar los muros originales. La legislatura finalizó sin rastro del edificio original, salvo el característico techado de hierro que se había almacenado. Esta legislatura con Tomeu Cifre de vuelta en el gobierno se ha completado la obra. En el lugar que ocupaba el edificio original hay ahora un edificio polivalente de nueva planta.