La noticia ha sido acogida con tristeza por aquellas personas que conocieron de un modo u otro al entrañable profesor escocés. | Redacción Digital

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El variado mundo de la cultura popular de Mallorca siente profundamente este miércoles la pérdida de Richard Nightingale Goss, escocés jubilado de 83 años y «gran enamorado de Mallorca y su Cultura» en mayúsculas, según ha descrito el músico y estudioso de este ámbito Pere Joan Martorell. Afincado en los últimos años en Porreres, fue durante largo tiempo un fijo en las ballades populars. Retrató con su cámara otras manifestaciones populares propias como los dimonis y correfocs, y se implicó con los gegants de su pueblo. También formó parte del fet casteller de la Isla. Así durante años se le vio en las plazas con motivo de las actuaciones de los Castellers de Mallorca y los Al·lots de Llevant.

Muchos conocían a Richard y muchos han sabido de su fallecimiento a través de las redes sociales, donde se han producido numerosas muestras de consternación. En Facebook, precisamente, Martorell ha compartido la noticia, y lo ha descrito como una persona «fiel a las tradiciones, gran ballador y amante de la música, carismático, historiador, fotógrafo... ¡Un crack! Et trobarem a faltar estimat! Sempre amb bicicleta i un somriure! Descansa en Pau!» sentencia.

En Manacor Nightingale pasó mucho tiempo en los últimos años, ayudando en las pinyes de los Al·lots de Llevant y aprendiendo a sonar la gralla con sus grallers, para aportar su grano de arena a la labor colectiva dando vida a uno de los instrumentos musicales que acompañan a los castellers en sus salidas. Por esta razón el conjunto manacorí ha recordado su aportación en las redes sociales: «apasionado de las fiestas tradicionales, incluso se atrevió a aprender a tocar un nuevo instrumento para formar parte del grupo de grallers de Manacor. Desde aquí queremos recordar su figura y personalidad que seguro no pasó inadvertida».

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Por su parte, en Palma, los Castellers de Mallorca han emitido una nota pública y han destacado que el fallecido «tenía sangre castellera, tanto grana como verde [en referencia a los colores de las camisas que vistió en las dos agrupaciones mallorquinas]. Siempre amable y dispuesto a echar una mano donde fuera necesario. Te echaremos de menos».

En 2020 Ultima Hora se hizo eco del agradecimiento expreso de la parroquia de su pueblo, Porreres, por todo el tiempo dedicado a las necesidades de sus vecinos, destacando en especial que Richard «siempre ha sido muy solidario». Lo demuestra el hecho que formara parte de la unidad local de Protección Civil. Otros como los Balladors de Lluc han recordado también su huella humana labrada por una vida larga y plena, una huella que perdurará tras su muerte en las personas a las que una vez ayudó, o con quien conversó casualmente un día cualquiera a pie de plaza.

Alguien como Richard solo podía marcharse el día de Sant Antoni, el tradicional epicentro del invierno mallorquín, la fiesta grande de una tierra en la que no nació y sin embargo escogió como propia. El viernes 20 de enero celebrarán por él un funeral en su parroquia, a las 20.00 horas. En palabras de sus amigos balladors «segur que al cel et trobaràs amb na Neus i tants d'altres i ballareu tots els dies. Descansa en pau».