La zona está regulada por un plan de protección. | R.P.F.

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Sóller deberá modificar el Plan Especial de Protección de Huertos si quiere permitir, tal y como pretendía el equipo de gobierno municipal, autorizar la instalación de paneles solares sobre tejados inclinados en la zona del municipio regulada por este plan especial de protección (PHT). El departamento de Urbanismo y Territorio del Consell ha comunicado al Ajuntament que la normativa permisiva que aprobó para esta zona contradice la protección de este suelo rústico especial y, por lo tanto, estas instalaciones no se adaptarían a las normas urbanísticas vigentes en el municipio. De esta forma, el Consell desestima aprobar la modificación puntual que presentó el Ajuntament de Sóller hace unos meses. Se da la circunstancia que el PHT ya contempla la posible colocación de paneles solares para autoconsumo, pero deben estar situados en el suelo, estando prohibidos sobre tejados inclinados.

Deficiencias

El Consell también basa su negativa a la modificación puntual del PHT porque, a raíz de la petición municipal, ha detectado deficiencias en el Plan Especial que también deben ser subsanadas antes de solicitar nuevas modificaciones puntuales, como la de los paneles solares sobre cubierta. El concejal de Urbanismo, Jaume Bestard, ha expresado su malestar por esta respuesta del Consell. Bestard asegura que «ya se está trabajando en la subsanación de las deficiencias, que se remontan a más de una década, pero si mientras tanto se deniega la modificación puntual, muchos vecinos no podrán acceder a las ayudas del Govern para instalar placas».

La modificación remitida al Consell fue aprobada en pleno por unanimidad y ahora Bestard lamenta que «se impida avanzar hacia una mayor sostenibilidad del municipio, mientras que en el resto de Mallorca se esté hipotecando el campo y terrenos agrícolas para instalar grandes parques fotovoltaicos». En la zona regulada por el PHT vive un elevado porcentaje de la población y existen varios núcleos rurales. La protección especial se hizo para evitar la parcela mínima de dos quarterades que rige en el suelo rústico común de Mallorca para la construcción de viviendas.