Casi medio centenar de voluntarios acudieron a la llamada para elaborar las galletas de Sa Tia Xiroia en las aulas de Can Bril. | Lola Olmo

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Sencelles es uno de los pueblos de Mallorca con una fuerte cohesión social, una argamasa intangible que anima a la participación en toda iniciativa cultural, solidaria o festiva que se organice. Y el inicio de las Festes de la Beata no podía ser menos, en un pueblo que rinde culto a Sor Francinaina Cirer, cuya festividad atraerá a gente de toda la Isla el próximo 27 de febrero.

Este domingo, después de comer, decenas de vecinos de todas las edades se concentraron en el colegio de Can Bril para ponerse, literalmente, manos a la masa. En un plis plas tenían hecha la masa que se transformaría en miles de galetes de sa Tia Xiroia: 30 kilos de harina, yemas de huevo, ralladura de piel de limón, zumo de naranja y azúcar. Básicamente, la receta de los crespells típicos de la gastronomía mallorquina de Semana Santa.

Convertidos en reposteros por una buena causa, los voluntarios quisieron recuperar una tradición local: elaborar las galletas con las que las monjas del Convent de la Caritat, donde está el sepulcro de la Beata, obsequiaban a las visitas. Hace unos años, la Associació Tia Xiroia se puso al frente de la organización de las fiestas en honor a la Beata y recuperó esta antigua costumbre. Hoy en día quedan pocas religiosas, pero no faltan manos para ayudarlas en lo que necesiten.

Biel Cortès, con Jerònia Campaner y Sor Margalida Bauzà.

Trabajo colectivo

La sobremesa dominical fue muy productiva: decenas de miles de galletas elaboradas, horneadas y empaquetadas al vacío para que puedan saborearlas como recién hechas las miles de personas que, dentro de una semana, llenarán la iglesia en la festividad de Sor Francinaina. Antiguamente, las galletas tenían la forma de conejo y de pez, y este año se añade una tercera figura, la silueta de la Beata que ha diseñado expresamente el llauner Biel Cortès de Porreres.

El maestro artesano estuvo en Can Bril para entregar personalmente este molde que forma parte del legado que quiere dejar - un molde para cada tradición mallorquina - antes de retirarse y de que, probablemente, este antiguo oficio artesanal de Mallorca desaparezca.