Las autoridades visitaron ayer la nueva finca pública del Port de Sóller. | Redacción Part Forana

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Más de un centenar de personas asistieron ayer a la jornada de puertas abiertas organizada por el Consell en la Torre Picada del Port de Sóller, recientemente adquirida por la institución insular y que ahora, en palabras de la presidenta Catalina Cladera, «ya es de todos los mallorquines».

Con esta actividad festiva, amenizada por los Xeremiers de Sóller y que incluyó un berenar, el Consell ha querido celebrar que esta emblemática estructura defensiva costera, del siglo XVI, «ya es patrimonio público y forma parte de la red de fincas públicas de la institución». La adquisición, según el Consell, «garantiza su mantenimiento como elemento arquitectónico singular de cuatro siglos y el de su entorno natural».

Además de la presidenta del Consell, Catalina Cladera, asistieron las vicepresidentas Aurora Ribot y Bel Busquets y los consellers Josep Lluís Colom e Iván Sevillano. El departamento de Hacienda, presidido por Colom es el que ha gestionado la adquisición. En representación del Ajuntament acudió el alcalde, Carlos Simarro y otros concejales, así como el alcalde de Fornalutx, Xisco Marroig.

Catalina Cladera remarcó que «la compra de la torre se enmarca en la estrategia del Consell de convertir espacios emblemáticos de la isla en patrimonio público para garantizar su conservación, como lo hemos hecho con la antigua central de Alcanada y Can Domènech», y añadió que «lo haremos con el Castell d'Alaró». También agradeció a la familia Castanyer Puig, por hacer posible que la finca pase a ser patrimonio público y no se haya vendido a compradores privados». El Consell negociará con el Ajuntament su mantenimiento y regulación de visitas.