Los visitantes han llenado el pueblo. | Cati Amores

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La calle de la Pau, la del Racó, la calle del Sol o la plaza del Jardí han sido algunas de las hasta 23 calles que se han vestido hoy con sus mejores galas y han llenado las calles de Costitx de flores, colores y mucha fantasía en su ya tradicional Fira de les Flors.

Puntual a su cita, la edición de este año ha vuelto a sorprender a sus más de 12.000 visitantes que han pasearon a lo largo de la mañana por las calles del pueblo engalanadas con topo tipo de referencias florales. Jardines, flores naturales, hechas con cartón, dibujos, libros, conejos, mariposas o abejas y un sinfín más de recursos, todos ellos con la flor como protagonista han dejado volar la imaginación y han despertado el interés de quienes no han querido perderse una de las ferias más singulares de Mallorca.

Para los más compradores también ha habido paradas de artesanía, productos gastronómicos, muestra de animales o vermuts, además del tradicional baile del Bou y els Bouets de Costitx junto al Dimoni de Son Ganxo o la música de la Boutukada de Costitx que han animado a los miles de visitantes y les les han acompañado en su recorrido por el pueblo y sus calles encantadas.

Con todo, sin duda, la decoración, cada año diferente, ha sido una vez más la protagonista de una feria que suma año a año un mayor número de visitantes.

El tiempo finalmente ha acompañado y las nubes, aunque tampoco han querido perderse el espectáculo, han sido bien recibidas por el numeroso público ya que han permitido un paseo agradable sin el sol abrasador de días anteriores.

Además de las flores, la muestra ha contado también con diversas exposiciones, animación infantil, o conciertos que han completado un programa que no ha dejado a nadie indiferente.

Participación vecinal

Las calles de Costitx son sin duda el reflejo de la originalidad y creatividad de sus vecinos, grandes artífices de esta feria, y es que son ellos los encargados de decorar cada rincón del pueblo para su día grande. El color, y este año, muchos libros y marcos, han convertido el pueblo en un escenario atrayente y que nos recuerda que el verano está a la vuelta de la esquina. Un año más la fira de Costitx no ha defraudado y ha confirmado su relevancia en el calendario ferial.