Momento de la lectura del manifiesto.

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Més per Campos celebró el miércoles por la tarde un encuentro en Son Catlar en homenaje a los prisioneros republicanos y como muestra de su rechazo al «vandalismo de los fascistas». La formación ecosobiranista denunció que desde la rotonda de Ses Salines a la Colonia de Sant Jordi y hasta el Cap Blanc no queda ni un solo panel informativo de los que desde Memoria Democrática colgaron en 2022 en homenaje a los presos. Además, han señalado que estas acciones han quedado impunes, «los intolerantes los han quitado, con total impunidad. No podemos restar inmóviles ya que eso nos hace cómplices», señaló la candidata a la Alcaldía, Anabel Riveras.

Con la intención de mostrar su rechazo a estos actos vandálicos y reivindicar que «sí que pasa algo por hacerlo», la formación congregó a una treintena de simpatizantes en un acto reivindicativo que acabó convirtiéndose en un homenaje «a los 300 hombres, privados de libertad, que fueron trasladados de las priones de Ciutat hacía Fontsanta. A los que les robaron el pasado, el presente y las aspiraciones de futuro», denunciaron.

Con unas palabras del poeta Blai Bonet, la historiadora en Justicia de Transición y Memoria Democrática, Maria Eugènia Jaume Esteva abrió su manifiesto, escrito especialmente para la ocasión, «els vencedors són els que escriuen la història.És forçós, doncs, que hi hagi una altra Història». A partir de aquí, a través de la historia del primer campo de concentración en Mallorca, els Banys de Sant Joan de Fontsanta en Campos, contó la cruda experiencia de estos presos. «En los campos de concentración, los prisioneros perdían su identidad, se transformaban en un simple número, un objeto de trabajo», explicó.

Una oda en memoria de todos los prisioneros, que durante tantos años sufrieron el silencio y el olvido que ha acabado con la reivindicación objeto del encuentro, «los paneles de las carreteras son el reflejo y la memoria de la humillación y la tortura de los vencidos de la guerra civil. No dejemos que borren su memoria con el expolio y el vandalismo». Tras estas palabras, tal como empezó, unas nuevas palabras de Blai Bonet cerraban su discurso. Con este acto, Més per Campos, pretende dar visibilidad a estos actos vandálicos que «no han sido condenados por ninguna otra formación política».

Son Catlar

El 1 diciembre de 1936, se abrió el primer campo de concentración en Mallorca: los Baños de San Juan de Fontsanta, en Campos con 300 prisioneros. El campo de concentración de Son Catlar abrió entre los meses de mayo y julio de 1937. Este campo se alimentó de los prisioneros que venían de Baños de San Juan y de Can Farienta. Lo abrieron cerca de las obras que se ejecutaban porque ya era demasiado costoso el traslado de los hombres desde el campo hacia las construcciones. Son Catlar fue uno de los centros de reclusión que más años restó abierto, de 1937 a 1940, y un lugar donde pasaron centenares de prisioneros.

Las casas donde se habilitó Son Catlar eran de propiedad de Gregori Guasp. Los prisioneros dormían en la nave central en literas agrupadas de dos en dos, una sobre la otra. Las dependencias del servicio de cocina, comedor o higiene fueron construidas por los mismos prisioneros. Se trataba de construcciones de barracones hechos con ramas y troncos de pino y junco. Los malos tratos y las humillaciones en este campo fueron constantes.