El Real Club Náutico del Port de Pollença ya ha trazado el libro de ruta que debe llevar a contar con dos nuevos edificios en sus instalaciones, toda vez que tras el informe favorable por parte del Ajuntament de Pollença y la aprobación de ambos proyectos por parte de PortsIB cuenta con el visto bueno para iniciar unos trabajos que la entidad que preside Mateo Dupuy pretende dividir en dos bloques diferenciados, focalizando cada uno de ellos en las construcciones.
En el acuerdo que llevó a la renovación de la concesión, por espacio de 35 años y hasta 2052, estaba incluída la inversión de 6'98 millones de euros en diferentes fases de mejora y mantenimiento de la instalación, formando estos dos edificios las fases cinco y seis dentro del proyecto básico validado por la junta directiva del Real Club Náutico del Port de Pollença.
Por un lado, la reforma integral del edificio de marinería, una vez replanteado el proyecto inicial por su impacto visual y eliminando una de las alturas previstas, dejará un espacio dentro de esta Fase 5 para la cantina, sala multiusos, gimnasio y almacén. Los trabajos en ese espacio están previsto que arranquen entre octubre y noviembre de 2023.
El siguiente punto de actuación será la definida como Fase 6, dentro del conocido como Moll Nou, junto a la gasolinera. Este edificio será de nueva construcción y acogerá la escuela de vela y un aula de ecología marina, contando con una superfície total de 692'37 metros cuadrados, de los que 374'87 serán útiles. Además, será una construcción sostenible, pues contará con un espacio para la producción de energía solar, cuyo excedente se destinará a la red como autocompensación, además de recogerse el agua en aljibes.
El plazo estimado para el inicio de la construcción de esta fase será entre octubre y noviembre de 2024, por lo que se calcula que todo el proyecto se finalizará en la primavera de 2025, antes del inicio de la temporada alta, culminando así una de las grandes apuestas de los gestores del Real Club Náutico del Port de Pollença.
Las últimas reformas del Real Club Náutico han hecho muchísimo daño a la costa de Port de Pollença, cemento y más cemento vertido al mar durante varios años que ha tenido enormes consecuencias medioambientales. Si a esto le añadimos las fugas constantes de la red de alcantarillado, la falta de separación de pluviales y fecales, los pozos negros de muchísimas viviendas que están como están y siguen sin conectarse a la red, la gestión realizada de las playas y los 400 barcos ilegalmente fondeados en temporada alta, pues así de mermado está el ecosistema. Veremos cómo lo gestiona el nuevo Ayuntamiento recién constituido o, ¿más de lo mismo?
La última ampliación del puerto ya fue un atentado ambiental de enormes consecuencias, en una bahía tan cerrada la barbaridad que construyeron provoca la eliminación de la corriente de circulacion natural de la bahía que limpia y regenera el agua, lo que permite un equilibrio del ecosistema marino que hace años que no se produce. El resultado, aparte del aumento insostenible de construcción de viviendas que generan que la anticuada red de aguas y alcantarillado no soporte la presión y tenga fugas constantes que se filtran al mar en las playas del puerto pollença, es el que vivimos actualmente en eu Moll, una charca de aguas sucias parecida al Mar Menor que ha acabado con toda la fauna marina y la calidad del agua y de sus playas. ¿Quién pagará por esto?
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Las últimas reformas del Real Club Náutico han hecho muchísimo daño a la costa de Port de Pollença, cemento y más cemento vertido al mar durante varios años que ha tenido enormes consecuencias medioambientales. Si a esto le añadimos las fugas constantes de la red de alcantarillado, la falta de separación de pluviales y fecales, los pozos negros de muchísimas viviendas que están como están y siguen sin conectarse a la red, la gestión realizada de las playas y los 400 barcos ilegalmente fondeados en temporada alta, pues así de mermado está el ecosistema. Veremos cómo lo gestiona el nuevo Ayuntamiento recién constituido o, ¿más de lo mismo?
La última ampliación del puerto ya fue un atentado ambiental de enormes consecuencias, en una bahía tan cerrada la barbaridad que construyeron provoca la eliminación de la corriente de circulacion natural de la bahía que limpia y regenera el agua, lo que permite un equilibrio del ecosistema marino que hace años que no se produce. El resultado, aparte del aumento insostenible de construcción de viviendas que generan que la anticuada red de aguas y alcantarillado no soporte la presión y tenga fugas constantes que se filtran al mar en las playas del puerto pollença, es el que vivimos actualmente en eu Moll, una charca de aguas sucias parecida al Mar Menor que ha acabado con toda la fauna marina y la calidad del agua y de sus playas. ¿Quién pagará por esto?
Más cemento y una inversión inútil...... Está visto que a unos cuantos les interesaaaaa.... .
Mas cementooioo