Imagen de la antigua planta embotelladora del Pont d'Inca.

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El antiguo edificio de la planta embotelladora de Pepsi en el Pont d’Inca cobrará vida a partir de septiembre. Parte de la nave industrial acogerá las aulas de la Escola de Música de Marratxí así como también será la sede de la Banda de Música, tal y como estaba previsto. La intención es que ambas actividades puedan empezar dentro de dos meses, mientras se espera el final de obra y también se replantea el futuro de la parte del edificio que todavía no ha sido rehabilitado.

El alcalde de Marratxí, Jaume Llompart, asegura que la intención del nuevo consistorio es que la antigua planta embotelladora se convierta en un «pulmón musical del municipio», priorizando así el uso de las dependencias para este fin. La intención de Llompart y de la responsable de Cultura, Carme Cañellas, es que la segunda fase de restauración, también sea acondicionada para que grupos de ball de bot o que las diferentes formaciones musicales de Marratxí tengan allí un espacio permanente donde poder ensayar.

De momento, se está terminando de acondicionar la planta baja para la Banda de Música donde se tiene que substituir el piso y «debe ambientarse», en palabras del alcalde. Mientras que en el primer piso se adecuarán nueve salas para ensayos. «En este caso, estamos ultimando la dotación de todo el equipamiento y la insonorización», remarca Llompart que recuerda que ya han mantenido reuniones tanto con los responsables de la Banda como con la Escuela de Música para conocer su opinión.

Pendiente quedará la otra ala del edificio industrial donde había la antigua línea de embotellado. «La regidora de Cultura junto con el arquitecto municipal estudian como puede acondicionarse el espacio ya que allí deben retirarse tuberías, depósitos, bidones, etc... Lo que comportará más trabajo y también mayor inversión», señala el máximo responsable del municipio que reconoce, a su vez, que una vez equipado será un espacio multifuncional de gran valor. Por otra parte, se mantendrá la cartelería propia de la nave industrial de la marca Pepsi «para mantener la estética que había y así recordar también los orígenes de la planta», añade.

Las obras de reconversión de la antigua embotelladora las inició en octubre del año pasado el anterior equipo de gobierno municipal con la intención que este fuera un espacio sociocultural para el Pont d’Inca, precisamente, Pepsi donó al Ajuntament las instalaciones siempre que fuera para iniciativas culturales, sociales o educativas.