De las milicianas solo se conoce el nombre de cuatro. Son Maria García Sanchís, Teresa Bellera Cemeli y las hermanas Mercè y Daria Buxadé Adrover. Cuando el 3 de septiembre de 1936 el gobierno republicano ordenó desde Madrid la retirada inmediata de las tropas muchos combatientes no llegaron al barco. La hipótesis es que las cinco milicianas trabajaban en un hospital de campaña en una casa particular de Son Carrió y no supieron de la orden de retirada hasta después de que la embarcación hubiera partido. Las cinco mujeres fueron ejecutadas el día después. Su historia se recoge en el documental Milicianes de Jaume Miró y ha sido estudiada por el investigador manacorí Tomeu Tugores.
Maria García Sanchís
Era la mayor de las cinco milicianas. Tenía 55 años cuando la mataron en Son Coletes. Junto a Gavina Viana llegó a ser una de las responsables de las Milicias Femeninas en defensa de la República, organizadas tras el golpe de estado de 1936. Nacida en valencia tuvo dos hijos. La muerte de uno de ellos la marcó de por vida. Era espiritista y anarquista. García llegó a ser fotografiada por Robert Capa y apareció en una de las páginas de la revista Life en 1936.
Teresa Bellera Camelli
Nacida en Huesca se mudó a Barcelona donde se empezó a familiarizar con el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC). Tenía apenas 20 años cuando se embarcó hacia Mallorca.
Daría y Mercedes Buxadé
Las hermanas Buxadé nacieron en México. Vivían en Santa Coloma de Farnés. Se enrolaron con Bayo rumbo a Mallorca pensando que la ocupación sería similar a la de Ibiza, sin necesidad de lucha. Según el investigador Antoni Tugores «no participaron en la batalla directamente». Realizaron tareas domésticas inicialmente y luego pidieron trabajar como enfermeras. De la correspondencia que intercambiaban con su familia se desprende que Daría tocaba el piano para los enfermos. Cuando las ejecutaron Daría tenía 23 años y Mercedes 18 años.
La miliciana desconocida
De una de las cinco mujeres se desconoce su nombre, solo se sabe que es la autora de Diario de una miliciana, publicado en un semanario falangista y cuyo escrito original nunca ha sido hallado. Cuentan los investigadores que el escrito llegó a manos de Bárbara Ferrari (al parecer pariente del periodista Francisco Ferrari Billoch) y fue publicado por el semanario falangista de Manacor, Arriba, en 1938.
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