La Defensora fue construido durante el último tercio del siglo XIX de la mano de una sociedad de socorros mutuos (entidad predecesora a lo que hoy sería la seguridad social). Durante la primera mitad del siglo XX vivió sus momentos de esplendor, ya que que ,además de representaciones teatrales, acogió grandes actos sociales, proyecciones de cine y prestigiosos bailes de carnaval que se prolongaron hasta finales de los 80.
La Sociedad Defensora Sollerense, propietaria del edificio, decidió a mediados de los noventa cederlo al Ayuntamiento por su imposibilidad de afrontar los gastos de su restauración. Años más tarde, el Ayuntamiento de Sóller llevó a cabo la restauración de la cubierta con una inversión de unos cincuenta millones de las antiguas pesetas. Eso ocurría en 1999 y desde entonces no había recibido otra inversión para llevar a cabo la consecución de las obras. El edificio está desnudado completamente a la espera de llevar a cabo la restauración integral de la platea, el patio de butacas, el escenario, la tribuna superior y los palcos.
La restauración de este emblemático teatro ha estado marcadas por los parones. No fue hasta 2007 cuando el entonces alcalde Guillem Bernat (UM) dio un paso adelante y expresó su intención de descartar llevar a cabo la restauración del antiguo cine Fantasio, ya que en su lugar prefería invertir el dinero en la rehabilitación del teatro Defensora Sollerense. Tras un viaje a Madrid, regresaron con la promesa a ayuda de 2'6 millones de euros del Ministerio de la Vivienda para invertir en la puesta a punto de la Defensora, además de otro millón más para esta obra cedido por una familia de la localidad.
Los tiras y aflojas entre el gobierno municipal y los socios de la Defensora complicaban los acuerdos para iniciar las obras y en 2012 llegó la noticia de que el Gobierno Central cancelaba la inversión por un olvido del anterior equipo municipal. Fue todo un jarro de agua fría. No fue hasta 2015 cuando el Consell de Mallorca prometió la financiación. En ese momento el teatro estaba cerrado al público y no se podían realizar actividades en su interior a causa de su mal estado de conservación.
En 2019 comenzaron, por fin las obras de restauración, y se recuperaron y trasladaron más de 70 piezas, entre telones, bambalinas y otros elementos de valor artístico y patrimonial. Pero en 2020 se paralizaron por problemas con la constructora, una denuncia por ruido de los hoteleros de la zona y la crisis sanitaria. No volverían a retomarse hasta diciembre de 2020, y se paralizaron antes de finalizar la segunda fase de las obras. El derrumbe del teatro pone fin al sueño de volver a ver obras en este emblemático edificio o un nuevo culebrón sin fecha final.
5 comentarios
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Decadencia del sistema
14 anys esperant rehabilitació, és a dir, que 14 anys degradant-se encara més. Això és desidia, i qui ho ha propiciat ha de pagar llurs irresponsabilitats. Mireu què ha passat, idò. Au, cap al jutjat, directes, i expropiats fins els calcetins si és menester, sigui del partidutxo que sigui.
DOS DÉCADAS MAMANDO TODOS Y NO HACIENDO NADA... Y SE CAE TODO... Si quieres que algo de caiga y se hunda pon funcionarios, políticos y sindicatos a mangonearlo todo y verás cómo en pocas décadas algo que estaba de fpie y funcional.. tras tirar una millonada se hunde en el desastre.. este es un ejemplo de un teatro.. pero extiendanlo a la sanidad pública.. ( camino al ocaso en 15 años)... la educación pública... ( una basura en las ciudades y zonas con mucha inmigración) ... y puedes poner los ejemplos que quieras... Este es un ejemplo evidente .. un edificio de +100 años que no se caía, con unas pequeñas reparaciones y cuidados se podría haber usado, mantenido y generado recursos para ir mejorando aquí y allá.. y sin costar dinero a nadie.. PERO ...LLEGAN LOS BURROLÍTICOS ... y dicen hay que llenar el cazo.. y todos llenan el cazo... y ....BRUMMMMMMMMMM...... FELICIDADES A TODOS LOS IMPLICADOS.. UNA FOTO GRANDE DE TODOS LOS IMPLICADOS EN UN LUGAR DESTACADO A MODO DE RECORDATORIO DE INÚTILES...
Desídia, desídia i més desídia. Res més que això.
Como diría el Sr Almeida hay que pedir responsabilidades, a los políticos y a los técnicos y si hace falta al funcionario que tardó demasiado en poner el sello.