Imagen de archivo de la torrentada sufrida en Sant Llorenç. | Teresa Ayuga

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Cinco años después de la torrentada del Llevant ninguna de las grandes obras de urgencia necesarias para evitar una nueva inundación de dimensiones similares a las de 2018 se han llevado a cabo. Hoy se cumple un lustro de aquel fatídico 9 de octubre en el que el Llevant de Mallorca se vio afectado por una riada que llegó a cobrarse la vida de 13 personas y descargó 240 litros por metro cuadrado en menos de dos horas.

Algunos meses después, el Ajuntament de Sant Llorenç inició las primeras acciones para prevenir otra posible inundación como la de aquel día, pero los cinco grandes proyectos que se debían realizar todavía hoy siguen a la espera.

Una de las primeras medidas que llevó a cabo el Ajuntament de Sant Llorenç fue encargar un estudio técnico para detectar los «puntos negros» sobre los que se debía actuar. El estudio fijó cinco grandes proyectos «urgentes y imprescindibles» para evitar una situación como la del 2018: Ampliar los cuatro puentes del municipio (el de la calle Mossèn Galmés, el de Sa Taulera, el puente de la calle Brodadores y el de la carretera Son Carrió-S’illot) y la modificar la variante de la Ma-15. «Actualmente estos cinco proyectos siguen pendientes», lamentaba esta semana el alcalde de la localidad, Jaume Soler. En este sentido, Soler matiza que «se debe modificar la anchura del torrente de ses Planes a su paso por la calle Mossèn Galmés, a la altura de la calle Brodadores, y se tiene que sustituir el puente de la calle de Sa Teulera». La mayoría de estas intervenciones son competencia del Consell de Mallorca.

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«Llevamos desde el 2020 reclamando y exigiendo estos proyectos que, de no ejecutarse, suponen un riesgo para nuestro municipio», explica Soler. «La semana pasada se confirmó que saldrán a licitación las obras de la variante después de que el actual Consell haya solucionado los requerimientos de Recursos Hídricos», añadió, lo que supondría la primera de las cinco grandes intervenciones. «Esta es, sin duda, la obra más necesaria», apunta. Aún así, el acalde destaca que la realidad es que «nuestros torrentes están actualmente igual que hace cinco años, no se han llevado actuaciones directas en ellos, lo que, sin duda, nos preocupa», zanja Soler.

Sant Llorenç cambió aquel 9 de octubre de 2018. «La preocupación se ha instaurado dentro de la normalidad cada vez que llueve de forma considerable. El recuerdo de ese día es difícil de erradicar entre todos los llorencins cada vez que hay grandes lluvias», concluye el alcalde.

Este año no se llevará a cabo ningún acto conmemorativo y de recuerdo pues para el pueblo «la mejor manera de recordar es a través de la presentación de los proyectos que aumentarán nuestra seguridad y que después de tantos años seguimos reclamando», sentencia.