Imagen de una de las cámaras que vigilarán el cumplimiento de la normativa en Artà. | R.P.F.

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Esta semana ha comenzado la instalación de siete cámaras de control en el centro de Artà para vigilar el cumplimiento de la normativa que restringe el acceso en las zona ACIRE con el objetivo de pacificar el casco antiguo y mejorar la calidad de vida de los residentes. Estos dispositivos se ubican en puntos estratégicos para controlar la circulación de los vehículos por las zonas restringidas según la ordenanza municipal de circulación. Están conectados a la Policía Local de Artà y serán gestionados por la Agencia Tributaria (ATIB).

El Ajuntament ha informado que las cámaras estarán ubicadas en la calle Nou; calle les Parres esquina con Montserrat Blanes; calle de Pep Not; esquina de Rafel Blanes con calle Pou Nou; calle Rafel Blanes con calle de la Rosa; esquina de la calle del Sol con la calle de Josep Sanxo de la Jordana y en la calle Llebeig. Los dispositivos entrarán en funcionamiento después de un periodo inicial de pruebas.

En estas zonas de acceso restringido solo se pueden circular los vehículos que dispongan de los permisos oportunos. En un principio, según la ordenanza, solo podían circular los vehículos domiciliados. Una decisión que generó la alarma en la localidad. El Ajuntament convocó una reunión que superó todas las expectativas y se abrió un plazo para que los ciudadanos pudieran presentar propuestas. Todo ello provocó que se flexibilizaran las exigencias a la espera de la ejecución de la segunda parte de las obras del núcleo antiguo, el traslado del centro de salud o la ronda norte.