Las familias de Campanet se tienen que desplazar hasta sa Pobla para ir al pediatra. | R.P.F.

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Hace más de cuatro meses –desde diciembre– que las familias de Campanet se quedaron sin pediatra en la Unidad Básica de Salud (UBS) del municipio. La situación provoca indignación entre los usuarios del servicio, ya que desde entonces se tienen que desplazar hasta sa Pobla (11 kilómetros) para que el especialista vea a los niños.

El hecho es que para poder prestar este y cualquier otro servicio, la UBS tiene que contar con personal administrativo, que gestione las citas y atienda a los pacientes. Los días en los que los administrativos de la Conselleria de Sanitat están la UBS, no son suficientes para acoger peditaría, por lo que en la anterior legislatura se firmó un convenio con el IB-Salut para que fuera el Ajuntament quien financiase el personal administrativo durante otro día, que era los martes. Este acuerdo caducó el 31 de diciembre de 2023 y el actual Ajuntament no lo ha renovado. Ello deja de manera indefinida y desde hace más de cuatro meses a las familias de Campanet sin pediatra.

Aunque el alcalde, Guillem Rosselló, explicó en marzo que se tenía que encontrar una «solución que no sea esa», ayer admitió que «si la Conselleria pide que pongamos personal, lo pondremos, pero que hablen claro». Según Rosselló, el problema no es que no haya administrativos, sino que «lo que no hay son pediatras y el resto son excusas». De hecho, el alcalde puso de ejemplo la falta que se vive en el Hospital d'Inca con estos facultativos: «Supongo que primero tendrán que poner en el hospital comarcal y después aquí», sentenció.