Un microbus, pasando por el tramo estrecho de la carretera vieja de Bunyola. | F.F.

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Durante todo el día, pero especialmente a primera hora de la mañana, la en muchos tramos estrecha carretera vieja de Bunyola, a su paso por Marratxí, se convierte en una peligrosa trampa para conductores y en una vía de acceso imposible para peatones y residentes que intentan conectarse a pie con la zona próxima a Son Macià o al límite con la barriada palmesana de sa Indioteria. Aunque a medida que se acerca a Bunyola la carretera vuelve a estrecharse, ese tramo plantea algunos metros que se han convertido en una trampa para los conductores, vecinos y usuarios, por lo que los vecinos reclaman al Consell de Mallorca o al Ajuntament de Marratxí que tomen cartas en el asunto o estudien la problemática para hacer más segura y circulable ese tramo en concreto.

Algunos de ellos han querido trasladar la peligrosidad de una carretera (Ma 2031) que da servicio a los vecinos de pobladas urbanizaciones próximas (Es Garrovers, Son Daviu, Sa Planera, Son Bieló...), además de a los de Bunyola y otros núcleos ubicados más adelante, incluso ya fuera de Marratxí. A ello se unen otros puntos de interés como la sede de Aspace o el polígono de Ses Veles o Son Reus, sin dejar de lado al polideportivo de Santa Mónica.

El paso de camiones, pero principalmente de autocares y autobuses del TIB (303, destino al hospital Joan March y Bunyola) y en algunas temporadas o momentos como los fines de semana la presencia de numerosos ciclistas, hace más peligroso circular por algunos tramos de la carretera vieja de Bunyola, flanqueada por muros de piedra que apenas ofrecen margen de maniobra, deteriorados en varios puntos o golpeados y destrozados en otros por el impacto de los vehículos accidentados en esa vía, que se convierte en un transitado acceso a Palma a primera hora de la mañana de lunes a viernes.

Los golpes en las paredes, derruidas en varios segmentos, se suceden en ese tramo inicial por Marratxí, cuyos vecinos reclaman una intervención para ampliar en la medida de lo posible el ancho de la vía y hacerla así más segura. «No se puede caminar y por las mañanas los atascos son interminables, pues la gente quiere entrar en Palma, en el Polígono de Son Castelló o llevar a los niños al colegio y, cuando se juntan los coches con camiones o autocares, la cosa se hace complicada», aseguran quienes residen en aquella parte de Marratxí y usuarios habituales de la carretera vieja de Bunyola.

Esas aglomeraciones se concentran sobre las 6:30 y las 7 horas, aunque la circulación de autobuses y vehículos pesados se prolonga a lo largo de otras franjas, dificultando en ocasiones la circulación en ambos sentidos a consecuencia del ancho de la vía.