El simulacro de Moros i Cristians tiene lugar en Pollença cada 2 de agosto. | Pere Bota

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El simulacro de Moros i Cristians de Pollença del próximo 2 de agosto podría ser el primero de la historia en el que alguno de los cargos principales (Joan Mas, Dragut, Lloctinent, Abanderat y Ajuntament Vella) sea encarnado por una mujer.

El Ajuntament de Pollença ha abierto el plazo para la presentación de las candidaturas y en la normativa ha sustituido el término ‘hombres’ por ‘personas’, abriendo así la puerta a que cualquier persona empadronada o nacida en Pollença hasta los años 1997 o 1989 (según el cargo al que opte) pueda ser incluida en las candidaturas.

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El regidor de Festes de Pollença, Mateu Tugores, ha confirmado que este cambio en la reglamentación se ha hecho de forma deliberada y que responde «abrir este procedimiento a la igualdad y a la inclusividad». Aún así, desde el Ajuntament se recuerda que todos los personajes principales del simulacro son hombres y que, por lo tanto, en el caso de que alguna mujer salga elegida deberá utilizar la vestimenta masculina.

El plazo para la presentación de las candidaturas acaba el próximo 16 de junio y por redes sociales ya figuran las primeras que optan a ser elegidas. Por el momento no aparece ninguna mujer en el listado de potenciales Joan Mas, así como tampoco en los grupos de tres personas necesarias para cumplir con los requisitos de las candidaturas de Dragut, Lloctinent y Abanderat. Lo mismo ocurre con las pocas presentadas para representar a los cuatro personajes del Ajuntament Vella.

Una vez finalizado el plazo para las candidaturas se abrirá un periodo de espera en vistas a las elecciones del viernes 12 de julio en la zona de los jardines Joan March. Se trata de una noche multitunaria en la que los pollencins eligen las tres candidaturas y quién sabe si este año será histórica por ser la primera vez en la que una mujer interpretará alguno de los papeles.

En 2019 también hubo un paso en favor de la incorporación de las mujeres en el simulacro. En esa edición, un batallón de un centenar de mujeres cristianas entraron en la refriega desde la calle de Sant Jordi y rememoraron el hecho para recordar que en los inicios del simulacro, sobre 1858, las féminas también tenían papel protagonista en el evento. El colectivo feminista La Mala Pécora fue el catalizador de este retorno oficial de las mujeres a la gran fiesta pollencina.