El presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, presenta la reforma de la travesía de Sóller. | Europa Press

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La carretera del Desvío de Sóller será sometida a obras y se verá radicalmente transformada a partir de 2025, con la ejecución del proyecto de reforma que ayer presentó el Consell en el municipio. El proyecto anunciado supondrá una inversión de 5 millones de euros para convertir la principal entrada a Sóller y carretera de acceso entre la ciudad y el Port en una travesía urbana.

Las retenciones en este tramo de carretera se producen a diario, con colas kilométricas y coches aparcados a ambos lados de la vía. Ante una situación que los vecinos consideran «inasumible e insostenible», el Ajuntament pidió al Departament de Carreteres una actuación urgente. Este martes, el presidente el Consell, Llorenç Galmés, acompañado de técnicos y del conseller de Territori y responsable de carreteras, Fernando Rubio, presentaron este importante proyecto que se iniciará a finales de 2025 y cuyas obras tendrán un año de duración.

Travesía urbana

La actuación propone la creación de cuatro nuevas rotondas en un tramo de dos kilómetros, entre la actual rotonda de Can Repic y el cruce del tranvía de l'Horta, cerca del cruce con la carretera de Escorca. Esto supondrá que este tramo pasará a tener 8 rotondas, para facilitar la pacificación por baja velocidad, crear zonas de paso seguro de viandantes y un carril cívico para bicicletas.

Una parte importante del proyecto tiene como objetivo evitar que centenares de coches aparquen a diario en los arcenes, contribuyendo con sus maniobras al caótico tráfico y retenciones. Sin embargo, el Consell propone conservar temporalmente la posibilidad de aparcar en determinados tramos. Por otra parte, el proyecto contempla la creación de tres aparcamientos disuasorios en suelo rústico anexos a la travesía urbana, una actuación que quedaría en manos del Ajuntament de Sóller.

Las nuevas rotondas se situarán en cruces frecuentados por peatones y bicicletas como son los accesos al camino de Son Pons, a la costa d'en Llorenç, al Camp Llarg y al camino de Son Puça. La intención es suprimir el actual peligro para los peatones, creando un vial cívico para que puedan transitar.

El Consell quiere reducir al mínimo las expropiaciones, limitándolas a los terrenos afectados por las rotondas y tampoco se afectará ninguna de las construcciones que ahora están junto a la carretera.

Este martes, durante la presentación del proyecto a los medios de comunicación, los representantes municipales presentes, entre ellos el alcalde de Sóller, Miquel Nadal, manifestaron que el Ajuntament solicitará al Consell de Mallorca que suprima completamente la posibilidad de aparcar en los márgenes de la carretera. Por su parte, el concejal de Movilidad, Josep Porcel, recuerda que así se contempla en el plan de movilidad que el Consistorio está poniendo en marcha, ahora en fase de estudio.