¿Cómo es estar al frente del legado del Pare Serra?
—Para mi es un honor y un privilegio.Asumí la presidencia en 2021 cuando Tummy Bestard se jubiló, aunque sigue siendo presidente honorario, pero estoy aquí desde 1998. Ha sido un gran maestro. He conocido cuatro presidentes y yo diría que continuo con la estela juniperia marcada y adaptada a las exigencias que hoy en día requiere esta labor. Cada uno de los presidentes ha dejado su huella. El museo se fundó en 1959.
¿Usted cree que la figura del Pare Serra llega a todas partes?
—Lamentablemente no tiene todavía todo el reconocimiento que se merece y nuestro objetivo es darlo a conocer, difundir todo su legado, que la gente conozca todo lo que hizo en las misiones, llegar a todos los rincones, a los jóvenes, a los mayores, a todo el mundo.
¿Cuál es su propuesta?
—Tengo varios proyectos. Llevamos a cabos muchas actividades. Ahora ya me he empezado a moverme de cara al curso próximo para acercar el Pare Serra a las escuelas con una oferta multidisciplinar enfocada a nivel histórico, de inglés, de geografía. La idea es que los estudiantes puedan trabajar en las escuelas y posteriormente visiten el museo. Podemos adaptarlo a los diferentes cursos.
¿Cuál es el perfil del visitante al museo?
—Tenemos residentes de la isla y también turistas. Hay una parte que no tiene ni idea y se acercan porque viene en los mapas o en las guías y al conocer todo su legado quedan impresionados. Luego hay otros visitantes que vienen hasta aquí admirados por su figura para conocer su casa pairal. Vienen de California, San Francisco, San Diego, Los Ángeles que conocen las misiones y que han leído su biografía.
También tiene detractores...
—Hay que combatir la leyenda negra. Su vida y obra ha sido estudiada por muchos historiadores y desde la vertiente puramente científica, en referencia a la labor del franciscano destaca su respeto a la cultura nativa, la protección contra el abuso de los militares a los nativos o su actuación como intermediario entre los militares españoles y los indios.
¿Que fondos tiene el museo?
— A su entrada cuenta con un jardín con tres elementos fundamentales: el ginebró (por su nombre); la campana original del camino real y la palmera washingtoniana. En la planta baja hay dos salas: una de ellas con toda la documentación de Petra y Palma hasta que deja España y una segunda sala con su estancia en México con maquetas y fotografías de las misiones que fundó. También hay una exposición de todas las maquetas de las misiones que fundó en California a partir de 1769. Contamos además con detalles de su beatificación y canonización. En el primer piso está el salón de actos con las misiones en California. El museo se ha ampliado con otras tres salas. Luego está la Casa Pairal, gestionada por la Fundación Casa Serra de la que soy patrona secretaria.
Clinton no vino aunque hubo muchos rumores...
—Hubo mucha rumorología acerca que el presidente visitaría Petra y el museo pero al final no fue así.
¿Cómo recuerda la visita de los Reyes?
—Fue entrañable. Hay que agradecer que vinieran en tiempos de pandemia. Se interesaron por muchos detalles, fueron muy cercanos y conocían muy bien la figura del Pare Serra.
Vivió una cita histórica con la canonización en 2015.
—Lo viví de una manera muy intensa. Era como un sueño, la santidad de su vida la hicieron oficial. Allí me reencontré con profesores de universidad que habían estado en el museo. Biden vino como vicepresidente y tuvo en sus manos la imagen de la Mare de Déu de Bonany que transportamos los mallorquines.
¿Cuáles son los próximos eventos?
—Tenemos ahora los becarios: 4 procedentes de México y otros 4 de California. Además Mata Films está preparando el documental «The California Project» que cuenta la historia de Fra Juniper Serra y ya se han grabado imágenes en Petra. Hacemos difusión a través de las redes sociales y también hemos empezado a llevar la vida del Pare Serra a los centros de día y nos acercaremos a los jóvenes.
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Hem de ser valents i s'ha de contar tot. El colonialisme mai està justificat