Caravanas asentadas frente al mar. | R.L.

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El Ajuntament de Santa Margalida da un paso más en su objetivo de ordenar y regular la actividad de las autocaravanas en el municipio y ha prohibido en todos sus núcleos urbanos que estos vehículos —además de otros que excedan ciertas medidas— puedan aparcar en las calles. La normativa, que se aprobó en el último pleno, no es la primera medida que se toma al respeto con el objetivo de «mejorar la movilidad del municipio», asegura el alcalde, Joan Monjo.

Así, el pleno aprobó modificar la ordenanza de Policia i Bon Govern e incluir que «excepto en lugares expresamente autorizados, se prohibe el estacionamiento de vehículos que sobrepasen los 5,20 metros de largo y los 2,10 metros de altura en las vías y espacios públicos en los núcleos de Can Picafort y Son Serra de Marina». La vulneración de esta prohibición se considerará como una falta leve.

Paralelamente a esta decisión, el Ajuntament ha habilitado un aparcamiento específico para caravanas en Son Serra. Este cuenta con los servicios necesarios como el suministro de electricidad (solo para cargar baterías y pequeños electrodomésticos), agua potable y aguas residuales. Está ubicado en la calle Llarg, justo al lado de las oficinas del Consultori de Santa Margalida y tiene capacidad para unas 50 caravanas.

Cabe destacar que los usuarios que quieran pasar la noche allí tendrán que pagar 25 euros por estancias de entre 1 y 3 días, y 20 euros por estancias de entre 3 y 10 días. En esa misma línea, el alcalde, quiere habilitar otro aparcamiento similar, pero en Can Picafort, para así «ofrecer una solución a los visitantes que optan por este tipo de turismo», explica Monjo.

El problema es que la zona no cuenta con solares urbanos disponibles para este proyecto por lo que el Ajuntament pedirá al Govern permiso para habilitarlo en alguno de los solares rústicos: «Todavía no sabemos dónde se ubicará, tenemos que consensuar con las administraciones municipales la opción más viable», reconoce el alcalde.

Hasta ahora el Ajuntament había limitado la actividad a las caravanas únicamente en Son Serra y en algunas calles de Can Picafort, pero ahora la medida se ha extendido a la totalidad de los dos núcleos. Lo cierto es que algunos vecinos se habían quejado porque estos vehículos pernoctan en las calles de la primera línea arrebatando a las casas de la zona las vistas al mar. Precisamente Santa Margalida es uno de los municipios de Mallorca con más afluencia de estos vehículos por contar con multitud de calles con vistas.