En una visita rutinaria, el conseller Vera se percató que había una zona apuntalada. | A. Borras

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La decisión de cerrar el CEIP Es Putxet de Selva en abril y el reciente anuncio de la construcción de una nueva escuela ha generado polémica en el municipio. Y es que la agrupación en la oposición Arrelam-Més-PSIB acusó este miércoles a la Conselleria d’Educació y al alcalde, Joan Rotger, de haber cerrado el centro de manera «injustificada». Se basan en un informe del Govern que asegura que «el edificio no presenta patologías visibles que afecten su estructura o capacidad resistente» y asegura que las aulas «se pueden usar con total normalidad».

Fuentes de la Conselleria d’Educació, por su parte, explicaron ayer que en ningún momento se cerró el edificio por presentar un peligro inminente, sino para garantizar la seguridad a largo plazo. De hecho, alegan que así lo comunicaron desde el principio y que en sus notas de prensa se desprende que «los técnicos del IBISEC, tras la inspección ocular, han redactado un informe que concluye que el edificio no presenta peligro a corto plazo». Añaden que se tomó la decisión de reubicar a los alumnos para «garantizar un entorno seguro para toda la comunidad educativa».

A pesar de ello, la oposición critica «la alarma que se generó a pocos meses del final de curso, por el apresurado cierre del edificio», y lamenta la falta de información y transparencia del gobierno municipal, que «disponiendo de toda esta información, todavía no lo había tratado en ninguno plenario».

Arrelam, Més y PSIB recuerdan que en 2019 la Conselleria d’Educació invirtió más de 350.000 euros en reformas de accesibilidad en el edificio, incluyendo verificaciones estructurales de las vigas de madera y la instalación de testimonios de yeso para seguir los movimientos del inmueble. Además lamentó que la construcción de una nueva escuela se puede alargar como ha sido el caso de la de Caimari.