Imagen del denso tráfico que sufre Estellencs. | Michel's

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Los municipios de la Serra de Tramuntana quieren poner freno a la contaminación acústica que sufren en sus núcleos urbanos con el paso de automóviles y ciclomotores. La Mancomunitat de la Serra de Tramuntana, a través de la Federació d’Entitats Locals (FELIB), ha propuesto a los diferentes ayuntamientos de la Serra una ordenanza para regular los ruidos de manera homogénea dentro del Paraje Natural.

Hace años que vecinos de la Serra denuncian las carreras de motos ilegales que se celebran por la carretera del Puig Major y si bien el Consell y la DGT han iniciado medidas para disuadir estos comportamientos, ahora son los ayuntamientos los que toman también cartas en el asunto. «Nosotros solo tenemos potestad para regular dentro del núcleo urbano, pero esta ordenanza permitirá frenar este tipo de conductas», apuntaba el presidente de la Mancomunitat de la Serra y alcalde de Estellencs, Bernat Isern.

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El pasado mes de junio se remitió la propuesta de ordenanza reguladora de ruidos a los diferentes ayuntamientos y algunos ya la han aprobado por pleno, como es el caso de Estellencs, Deià, Banyalbufar, Esporles, Escorca o Puigpunyent, destaca Isern. Otros municipios como Sóller y Fornalutx, donde existen quejas sobre el ruido que se genera en las carreteras de la Serra, están estudiando la norma.

«Al tener una ordenanza conjunta ello también nos permitirá actuar de manera agrupada como sería el caso de mancomunar un servicio de sonometría que ayudará a nuestros agentes a realizar los controles pertinentes», destaca el presidente de la Mancomunitat que apuesta que esta sea una medida disuasoria para los vehículos a motor que circulan dentro de las vías urbanas y travesías. «El objetivo –enfatiza la ordenanza en un primer artículo– es evitar y reducir los perjuicios que puedan derivarse para la salud humana y el medio ambiente».

Los policías locales de cada municipio serán los encargados de vigilar que se cumplan los parámetros de ruidos permitidos, aunque no se descarta la contratación de otras personas que los acompañen para realizar las sonometrías. La ordenanza también fija tres tipos de sanciones consideradas leves, graves y muy graves. Las primeras son multas de hasta 600 euros mientras que las infracciones más graves pueden llegar hasta los 300.000 euros, en caso que el vehículo supere en más de diez decibelios el valor límite permitido.

Punto de vista
Aina Borràs

Juntos son más fuertes

Aina Borràs

La iniciativa de la Mancomunitat para regular la contaminación acústica en sus núcleos urbanos es un paso necesario y positivo. La propuesta de una ordenanza homogénea permitirá a los municipios abordar de manera conjunta y eficaz los problemas derivados del ruido excesivo, especialmente el de las carreras de motos ilegales, que han sido una fuente constante de quejas. La implementación de sanciones claras contribuirá a la mejora de la calidad de vida de los residentes y protegerá el entorno natural.