Felanitx compra Bella Vista

La casa de la Bella Vista es muy querida y toda una ‘institución' para gran parte de la población. Hasta hace algunas décadas y cuando las monjas todavía podían cuidarse de ella, era lugar de peregrinaje y de excursión para los niños de los colegios, de catequesis o del Club d'Esplai para pasar allí unas horas de ocio. Desde hace años está abandonada y gamberros han provocado muchos destrozos.

Al estar muy cerca del pueblo, son muchos los felanitxers y visitantes que suben a diario –hay unos veinte minutos a pie– para pasear, hacer deporte y contemplar las vistas. De ahí que todavía tenga un fuerte arraigo entre la población. Ahora, con la compra, la intención del Ayuntamiento es adecentarla y que se pueda convertir en un futuro en una especie de refugio o albergue para uso de la ciudadanía.

Justo después de la firma de la escritura, la alcaldesa Soler aseguró que «iniciaremos las tareas de mantenimiento que sean necesarias, así como pondremos en marcha los proyectos que puedan servir para dar un uso social a este inmueble».

Su construcción se remonta al año 1851 cuando el sacerdote Miquel Planas optó por edificarla. Su nombre se debe a las excelentes vistas. En aquellos años el rector Sebastià Serra compró los terrenos necesarios anexos para edificar un oratorio al Sant Crist, a semejanza del Calvario de su ciudad, Pollença. Actualmente es propiedad de la Iglesia. También se construyó el camino, por el cual sólo se puede transitar a pie.

La casa tiene unos 700 metros construidos y, a pesar de los destrozos vandálicos, todo indica que la estructura está mejor de lo esperado. El terreno adyacente que ha adquirido el Ayuntamiento tiene unos 2.900 metros cuadrados. Poner al día las referencias catastrales con la realidad ha sido lo que ha retrasado que se hiciera efectiva la compra.

Muchos felanitxers han mostrado su satisfacción por esta compra, pero piden agilidad al ayuntamiento para que no se demore su restauración y cuanto antes vuelva a relucir.

Por otra parte, con esta compra las Hermanas de la Caridad también renuncian al uso del Local Social de Son Mesquida. De esta manera el edificio vuelve al Ajuntament y a los vecinos del llogaret. Desde hace años hay un convenio entre las religiosas y el Ajuntament para su uso. Ahora renuncian al convenio por lo que será un local social municipal.