Con mucho esmero. Los arqueólogos trabajan frecuentemente con mucho esmero para no dañar los restos que van hallando bajo tierra. Pequeños cepillos u otros utensilios forman parte de sus herramientas de trabajo habituales. | Gori Vicens

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Desde hace 29 años, un nutrido grupo de arqueólogos y voluntarios excava cada verano en el poblado prehistórico de los Closos de Can Gaià, en Portocolom. Y cada año van saliendo a la luz nuevas aportaciones para saber cómo vivían nuestros antepasados hace casi 4.000 años, entre el 1600 y el 900 antes de Cristo.

Durante estas casi tres décadas se han centrado en la excavación y estudio de las Navetas I y II con sus respectivas áreas y ahora quieren cerrar esta etapa. «Estamos excavando los últimos rincones que nos quedan de la Naveta II, un testimonio de tierra y también todo su exterior para poder liberar el muro y poder proceder a su restauración», explicó este jueves el codirector del Projecte Closos, Javi Rivas. Y es que este año puede haber excavación extraordinaria. Si todo va bien recibirán una importante inyección de dinero para, en los próximos meses, poder terminar y cerrar la excavación en esta zona.

«A finales de año podríamos tener las dos navetas y sus respectivas áreas exteriores restauradas y museizadas», añadió. Con la excavación «lo que queremos es entender cómo vivían en cada una de estas casas, esto hace que el trabajo sea lento para poder recoger el máximo de datos para investigarlos e interpretarlos», comenta Javi Rivas.

Este jueves, regidores del Ajuntament de Felanitx, entidad muy implicada desde los inicios con este poblado, visitaron las excavaciones acompañados de los arqueólogos. Ahora, «básicamente encontramos restos del día a día de los habitantes del poblado», como son fragmentos de cerámica, de ollas, que indican qué cocinaban, qué tipo de vajilla tenían, así como fragmentos de animales, de fauna: qué comían; o fragmentos de carbón que indican qué tipo de madera utilizaban para cocinar. «Todos estos datos son muy importantes para saber cómo vivían», indica.

Regidores, arqueólogos y patrocinadores durante la visita.

También hay muchos restos de sedimentos. «Con ello podemos saber qué tipos de polen había, qué flores y plantas estaban cultivando en su día a día». Igualmente de importantes son los hallazgos de botones de hueso con agujeros que formaban parte de su vestimenta. Durante los próximos tres años, las investigaciones en Closos de Can Gaià se centrarán en temas muy concretos, como por ejemplo qué agua utilizaban y se utilizará un georradar para analizar el terreno.

Algunos de los huesos encontrados estos días.

Puertas abiertas

Para mostrar a la ciudadanía el ingente trabajo de investigación que hacen diariamente los arqueólogos, mañana sábado a las 19 horas realizarán una jornada de puertas abiertas en el yacimiento, explicando todos detalles. Por su parte, la alcaldesa, Catalina Soler, espera que antes de fin de año se puedan resolver las deficiencias que advirtió el Consell y se pueda aprobar definitivamente el Plan Especial urbanístico de la zona, lo que facilitaría que, de una vez por todas, se pudiera desarrollar el tan reivindicado Parc Arqueològic, que supondría un revulsivo y un estímulo muy importante, tanto para investigadores como para la ciudadanía interesada en saber cómo se vivía en Portocolom hace más de 3.000 años.

El apunte

El Ajuntament ha creado una beca de investigación de los Closos

Por primera vez, el Ajuntament de Felanitx ha creado una beca de investigación de los Closos de Can Gaià con una cuantía de 6.000 euros. Su finalidad es «apoyar a jóvenes con un futuro prometedor y que se dedican a la investigación». La persona adjudicataria realizará durante un año un exhaustivo estudio sobre determinados aspectos de los Closos. Otro paso más para aportar luz a toda la información que durante siglos se ha ido almacenando bajo tierra y que ahora se desempolva.