El retrato de Hauf es obra de Marta Bejarano. | Emilio Queirolo

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El filólogo e historiador Albert Hauf i Valls (Sóller, 1938), catedrático de la Universidad de Valencia y miembro destacado del Institut d’Estudis Catalans y de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, fue declarado ayer Hijo Ilustre de la ciudad de Sóller. La distinción fue aprobada por unanimidad en un plenario extraordinario al que asistieron numerosos invitados, público y autoridades. El historiador Antoni Quetglas, en calidad de instructor del nombramiento, fue el encargado de leer los sobrados méritos de Albert Hauf para merecer la máxima distinción otorgada por el municipio.

Todos los portavoces felicitaron a Hauf y elogiaron los méritos acumulados durante su larga trayectoria científica, académica y profesional, que también desarrolló en la Universidad de Cardiff (Gales) en la que llegó a ser catedrático emérito. Albert Hauf es considerado una gran autoridad en Literatura medieval catalana y provenzal.

El nuevo Hijo Ilustre agradeció el nombramiento y en su respuesta hizo un emotivo repaso de su niñez en Sóller, con un especial recuerdo hacia su madre, que, a pesar de las dificultades familiares del momento, «siempre me alentó a seguir estudiando», dijo el homenajeado. También reivindicó la lengua y la cultura catalanas «que están ahora en peligro», afirmó, y animó a los jóvenes a «seguir su vocación, sea cual sea».

Albert Hauf recibió numerosas felicitaciones de los asistentes al acto, entre ellos el artista Lluís Castaldo, también Hijo Ilustre de la ciudad.

Un segundo pleno aprobó dedicar al nuevo Hijo Ilustre una plaza del municipio, aunque la oposición se abstuvo por considerar poco adecuada la elección de este espacio. La plaza dels Estiradors, pasará a denominarse Plaça dels Estiradors Albert Hauf. La oposición lamentó que no se dedique «completamente» un espacio urbano a un Hijo Ilustre, como se hizo anteriormente con Pere A. Serra, Miquel Ballester o Adela Oliver, entre otros.

El nombramiento se enmarcó ayer entre los actos culturales de la fiesta patronal de Sant Bartomeu. Entre otros actos, bailaron por segunda vez los Cossiers de Sóller, una tradición recuperada en el municipio después de más de un siglo de ausencia.