Pedro Mas, Joan Llabrés, Magdalena Mesquida, Virgilio Moreno, Hipólito Medrano y Magdalena Llabrés, en la inauguración de la nueva bodega Nacra. | Redacción Digital

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La bodega Nacra ha abierto este miércoles sus puertas con un nuevo edificio situado en Inca, a los pies del Puig de Santa Magdalena. Esta nueva bodega, obra del despacho de arquitectura Marès, ha permitido realizar este año la cosecha en la propia bodega y a partir del mes de noviembre se abrirá a visitas concertadas, catas de vino y otras actividades que se podrán reservar en la nueva web http: www.bodeganacra.com/

Esta bodega es un edificio construido bajo criterios de bioconstrucción y eficiencia energética estratégicamente situado y que permite contemplar el paisaje de la viña y la sierra de Tramuntana, que quedan enmarcadas por el edificio. Se trata de un proyecto familiar iniciado por el Catedrático de Fisiología Vegetal de la UIB, Hipólito Medrano, que en 2015 inició la aventura de plantar viñedo en una finca familiar, Can Corró, que hasta el momento se dedicaba a terreno por pasto de ovejas.

Medrano y la ingeniera agrónoma Cecilia Carámbula, mantienen un cultivo ecológico de las dos variedades autóctonas, la Malvasía y el Giró, con las que producen y cultivan vinos monovarietales. De este modo, iniciaron la tarea de transformar en vino los conocimientos acumulados durante toda una carrera dedicada a investigar la fisiología de las plantas y, concretamente, la de la viña y recuperar y poner en valor las variedades autóctonas de Mallorca.

«Este proyecto es la culminación de uno de los trabajos a los que pude dedicarme con más pasión desde la Universidad de las Islas Baleares como fue el saneamiento in vitro de la malvasía de Banyalbufar, que pudimos recuperar y poner en el alcance de los viticultores como planta libre de virus mediante un trabajo minucioso y prolongado en los laboratorios e invernaderos de la UIB en colaboración con la Conselleria de Agricultura», ha explicado Hipólito Medrano, que ha destacado las peculiaridades de la malvasía de Mallorca. «Es una variedad que produce una cosecha no muy abundante y que requiere mucho trabajo de campo. El mosto es de muy buena calidad y se ha optado por un cultivo en ecológico con producciones moderadas».