Casas del Poble Nou en Alcúdia. | R.P.F.

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La aprobación de la Ley de Colonias Agrícolas y Poblaciones rurales de España, aprobada en 1868 con el objetivo de favorecer la repoblación del suelo rural más pobre, dio origen a las llamadas ‘colonias agrícolas’ españolas.

Los colonos, recibían a cambio de trasladarse a vivir a esas zonas ‘olvidadas’, algunas ventajas frente a los urbanitas. Estaban exentos, por ejemplo de cumplir el servicio militar obligatorio, que en aquella época implicaba servir al ejército en la Guerra de Cuba y Filipinas. También les eximían del pago de impuestos municipales.

Entre 1870 y 1891 se fundaron nueve colonias agrícolas en Mallorca. Algunas, como Colonia de Sant Jordi se convirtieron con el paso de los años en grandes núcleos de población y destinos turísticos, otras fueron cayendo el desuso hasta su abandono o desaparición. El Ajuntament d’Alcúdia planea comprar ahora uno de esos ‘pueblos fantasma’: Gatamoix.

La colonia de Gatamoix (también conocida con el nombre de Poble Nou) está situada al pie del Puig de Sant Martí, junto a la carretera antigua de Inca a sa Pobla. Es propiedad de las antiguas Escuelas Pías de España y lo gestionó durante años la Fundació Maria Ferret.

Imagen de archivo de una jornada de puertas abiertas en la colonia de Gatamoix.

«Ahora estamos en un impasse, el convenio que teníamos con los escolapios expiró en junio de 2022 y mantuvimos la gestión con una prórroga de un año porque teníamos convenios comprometidos con el centro de Formación Joan Taix para que sus alumnos hicieran aquí las prácticas forestales pero a partir de ahí nos retiramos», explica Pep Lluís Riera Moll, vicepresidente de la fundación.

Pep Lluís Riera recuerda que los padres Escolapios les comunicaron su intención de vender varias propiedades en toda España que no se ajustan a sus necesidades actuales por el envejecimiento de sus religiosos. «Los Escolapios se han hecho mayores y se desprenden de propiedades en toda España y me dijeron literalmente que esta es la que les va a dar más rendimiento», recuerda.

En ese momento se organizó una recogida de firmas en Alcúdia para evitar que el antiguo poblado quedara en manos privadas. «Finalmente se consiguió que el Ajuntament aprobara en pleno una partida de 30 millones de euros para la compra de terrenos y bienes patrimoniales, entre ellos las casas del Poble Nou.

La alcaldesa Fina Linares (PP) evita hablar sobre los detalles del expediente de compra hasta que haya completado su tramitación.

La propiedad de Gatamoix tiene unos 90.000 metros cuadrados de terreno de alto interés ambiental que aún conserva algunas de las habitaciones originales de la colonia.

«En el año 1900 el capellán Parera de sa Pobla consiguió el permiso de la propiedad para llevarse 400 carros de piedras y quedó desmantelado. De las 21 casas que había en el poblado se conserva una y media y del resto de viviendas apenas el suelo o un metro de pared», relata el presidente de la Fundació Maria Ferret.

«Durante años hemos trabajado para recuperar la historia de Gatamoix y poner en marcha un campamento temático para que cada verano 30 jóvenes volvieran a vivir como se vivía en 1836, pero en el espacio como tal no se puede edificar», añade.

Los jóvenes viajaban cada verano en el tiempo al siglo XIX en Gatmoix.

La fundación también organizó campamentos en el Poble Nou hasta hace cinco o seis años y mantiene convenios con el Govern para que los niños de los centros de menores puedan disfrutar de sus espacios de ocio y para que los menores condenados a hacer trabajos para la comunidad los hagan en las fincas que gestionan.

Sobre el futuro que tendrá la antigua colonia de Alcúdia, si finalmente pasa a manos municipales, Pep Lluís Riera explica que «por lo que nos dicen, la intención es renovar el convenio con nosotros para potenciar la colonia agrícola y abrirla a nuevos colectivos como escuelas, asociaciones de amigos del patrimonio y organizar visitas guiadas».

El pasado viernes 8 de noviembre, en el marco de las Jornadas d'Estudis Locals d’Alcúdia, César Jiménez presentó una ponencia sobre el Poble Nou y las posibilidades de incorporarlo a una ruta patrimonial. Junto con otros elementos etnológicos que han sido recuperados, la zona del Puig de Sant Martí d’Alcudia podría convertirse en un atractivo destino para el turismo de montaña.

A la espera de que se oficialice la compra de Gatamoix y de que se firme, si procede, un nuevo convenio para su gestión, la Fundació Maria Ferret sigue gestionando las fincas de sa Torrentera (Sencelles), s’Alova (en el barranco de Biniaraix) y Cala en Basset (Sant Telm). Esta última se la donó su anterior propietario hace ahora un año y medio.

El origen de la fundación se remonta treinta años atrás. Los escoltas estaban preocupados por la falta de lugares d acampada en Mallorca y decidieron crear esta fundación para la gestión de zonas de recreo educativo y gestión de espacios naturales. «Ahora tenemos también un convenio con una cooperativa que nos ha cedido tres quarterades en Es Pujol (Maria de la Salut) y vamos buscando otros terrenos, siempre con la idea de que los niños disfruten de la naturaleza», concluye su vicepresidente.