Imagen de uno de los tantos baches que hay en la Ma-2100. | Fernando Fernández

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Los vecinos de Bunyola verán cumplida en breve una de sus reivindicaciones históricas: la mejora de la carretera Ma-2100, que conecta Bunyola y Alaró pasando por Orient. Esta vía, utilizada diariamente por vecinos y ciclistas, lleva años en muy mal estado, con un pavimento lleno de grietas y baches que ponen en riesgo la seguridad vial, especialmente para los ciclistas.

Según denuncian los usuarios, el deterioro del firme supone un peligro potencial de accidentes, ya que las irregularidades del terreno podrían hacer que las bicicletas pierdan estabilidad. Incluso la Federació de Ciclisme de les Illes Balears (FCIB) ha trasladado en varias ocasiones a las autoridades la urgencia de intervenir en este tramo de la red viaria.

La solución llega ahora de la mano del departamento de Carreteras del Consell, que ha incluido esta actuación dentro de su recién anunciado plan de mejora de infraestructuras viarias. Con un presupuesto de 6 millones de euros, esta obra es la más ambiciosa del plan. Los trabajos contemplan el refuerzo del firme a lo largo de los 20 kilómetros de la carretera. El Consell redactó a principios de este año el proyecto que permitirá finalmente ejecutar esta intervención tan esperada.

El Ajuntament, por su parte, ha celebrado la noticia. «Nos llena de alegría ver que Bunyola recibirá por fin una renovación que garantizará más seguridad y una mejora experiencia para todos», destacó la alcaldesa, Marian Serralta.

Sin embargo, tras este anuncio, los vecinos han señalado otra necesidad: la mejora de la corta pero transitada carretera que conecta la Ma-11 (carretera de Sóller) con el Hospital Joan March. Esta vía, que soporta un tráfico diario de vehículos particulares, ambulancias y autobuses públicos, presenta graves problemas de seguridad debido al deterioro de su pavimento. Así, los vecinos también reclaman una actuación «urgente».