Jordi Llabrés, colocando «neules» en la parroquia de Sencelles. | L.O.

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Jordi Llabrés i Sans es el cronista oficial de la Vila de Sencelles desde 2011 y un activo colaborador de la parroquia, donde ejerce de sacristán. Como terciario franciscano, es muy devoto de los belenes y de la tradición navideña de Mallorca, en la que se incluyen las neules.

​¿Cómo comenzó esta quimera por recuperar las neules?
— Tengo 46 años y desde los 8 formo parte de la Escolania de Sencelles y toda la vida, junto con los monaguillos y las monjas de la Caritat, he visto colgar neules en la iglesia; supongo que mi afición comenzó así. Más adelante comencé a recortar neules dobladas, que son las tradicionales mallorquinas. Las neules estan documentadas desde la Edad Media. Primero eran obleas comestibles de harina y agua que se colgaban en las iglesias durante las fiestas significativas. En Sencelles, está acreditado que se colgaban en Navidad, por Sant Pere y por el Corpus. Cuando la harina se encareció, comenzaron a confeccionarse de papel, como círculos similares a las comestibles. Luego se incorporó esta fantasía de ir recortando con unas tijeras el círculo de papel doblado, de manera que al abrilas recuerdan a un rosetón. Ya en los años ‘70 y ‘80 se comenzaron a hacer neules recortadas con bisturí con estas formas tan primorosas y artísticas que están de moda actualmente. Yo continúo recortándolas con tijeras, como se hacía antiguamente. ​

¿Desde cuándo se celebra la Festa de les Neules de Sencelles y qué representa?
— La primera Festa de les Neules fue en 2019 y este año celebramos la quinta edición. La organizo junto con Miquel Àngel Moncadas y con la ayuda de muchas personas. No es un lugar para vender ni intercambiar neules, sino una fiesta en la que participan mestres neulers, colecionistas, diseñadores y aficionados a las neules. Este año será el viernes 27 de diciembre. Hay una serie de elementos fijos, como el Sermó de la Calenda y el Cant de la Sibil·la. Ya desde el primer año recuperamos una antigua tradición mallorquina olvidada con los años, que es que cuando la Sibil·la termina de cantar, con su espada corta los hilos que sujetan las neules comestibles, que caen sobre el público y la gente se las puede comer. También la Coral Sor Francinaina canta villancicos y entregamos un pequeño galardón, la «neula àurea», a personas que han trabajado en favor de las neules. Además, la asociación local Es Pou Major organiza una exposición de neules en la iglesia. El año pasado, durante la Festa de les Neules se proclamó a Santa Clara d’Assís patrona de los neulers y neuleres de Mallorca.​

Usted prologó un libro del recientemente fallecido Tomàs Martínez sobre las neules, ¿Qué información aporta?
— Tomàs Martínez, lamentablemente fallecido este año, fue una persona muy preocupada por la recuperación de las neules y este año le rendiremos tributo durante la Festa, con la que colaboró activamente. En la tercera edición presentó un libro muy interesante y documentado acerca de las neules y de sus orígenes, yo tuve el honor de hacer el prólogo.

¿Le parece oportuno que el Consell promueva la declaración de esta tradición como patrimonio inmaterial?
— La neula es un elemento muy propio de la identidad mallorquina y de nuestro Nadal, por tanto merece ser reconocido y protegido, pero con las garantías de calidad necesarias. Se tiene que procurar que las neules se sigan haciendo como las hacían tradicionalmente las monjas de clausura de Mallorca y siguen haciendo muchas personas, con tijeras o bisturí. Con las nuevas tecnologías, si nos descuidamos, llegará un momento de que en los bazares encontraremos neules hechas a máquina.

En Sencelles hay una gran afición a confeccionar neules, ¿De dónde viene?
— Sencelles tiene tradición neulera desde hace mucho y la Festa de les Neules es una respuesta a ello. Las primeras en introducirlas fueron las monjas de la Caridad, cuyo convento fue fundado en 1851 por la Beata Francinaina. En Navidad, en Sencelles os podéis encontrar muchas ventanas decoradas con neules. Fuimos uno de los primeros pueblos en organizar talleres de confeccionar neules promovidos por Tolo Cabot y la asociación Es Pou Major.​

¿Quién diseña las neules y cuánto trabajo lleva recortarlas?
— Las tradicionales, con tijera, quizás 15 o 20 minutos, pero las de bisturí pueden llevar muchas horas por su complejidad. Hay diseños de los que se desconoce el autor, pero también hay muy buenos diseñadores que dejan su firma en ellas, como mosén Joan Perelló de Manacor, Miquel Àngel Moncadas, Macià Tugores de Moscari, Juanjo Soler de Ciutat, entre otros.