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El nuevo polígono tecnológico y de servicios de Inca comienza a ver la luz después de casi veinte años de tramitaciones. El Ajuntament d’Inca ha aprobado de forma inicial la urbanización de este espacio comprendido entre la entrada de Inca por la autopista y los campos del Sallista, que ocupará una superficie total de 368.020 metros cuadrados.

Una vez haya transcurrido el periodo de alegaciones se llevará a cabo la aprobación definitiva y será entonces cuando la junta de compensación podrá reunirse en asamblea de propietarios y emprender la adjudicación de las obras de urbanización. El representante de la junta de compensación, Miquel Nicolau, indica que «el coste provisional de este proyecto es de 31,8 millones de euros y, si todo va como esperamos, puede entrar en funcionamiento en verano de 2027». Las obras conllevarán la urbanización de los solares, las dotaciones de servicios, así como la creación de viales y aparcamientos. El Ajuntament recibirá, mediante el proceso de cesión obligatoria, una serie de terrenos que suman 144.479 metros cuadrados con solares de uso deportivo, social, general y zona verde.

Por su parte, la junta de compensación se encargará de gestionar y de repartir el beneficio lucrativo de 185.742 metros cuadrados. De estos, 151.346 se dedicarán a uso industrial y de servicios, mientras que se reserva una zona de 34.396 metros cuadrados destinada a área de ocio, en la que se podrán instalar comercios, establecimientos de restauración y de ocio en general.
También se construirán los viales y los aparcamientos, además de ceder 16.000 metros cuadrados a Carreteres como zonas de reserva y para un futuro acceso desde la rotonda de Sencelles.

El alcalde de Inca, Virgilio Moreno, resalta que «este es un proyecto estratégico, tanto para nuestra ciudad como para el resto de Mallorca, por la falta de disponibilidad de suelo industrial. La aprobación inicial dará seguridad jurídica a las empresas que quieran instalarse en este nuevo polígono».

Aina Borràs

El equilibrio

Aina Borràs

Este proyecto es una iniciativa prometedora que beneficiará a la ciudad en dos aspectos clave: impulsará el desarrollo industrial, atrayendo empresas y generando empleo, y, al mismo tiempo, ofrecerá zonas públicas como compensación, incluyendo áreas verdes y espacios deportivos. Sin embargo, será esencial garantizar un equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad, asegurando que el proyecto tenga un impacto positivo.