El Puig de Maria. Subir al Puig de Maria es una actividad que tiene un profundo significado religioso, cultural y personal para los ‘pollencins’. Es una forma de conectar con la historia, la comunidad y la naturaleza que rodea este emblemático lugar. Desde 2022 está cerrado al público. | HANS MONHEIM

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El rector de Pollença, Francesc Vicens, ha anunciado en medios locales los avances en el largo proceso de reapertura del Puig de Maria, un lugar emblemático y muy querido por los pollencins que permanece cerrado desde 2022. El cierre se debió a la falta de licencia de actividades, lo que obligó a detener todas las actividades del recinto y a iniciar un complejo proceso de regularización. Según Vicens, el progreso más significativo hasta la fecha ha sido la aprobación unánime del plan director del Puig de Maria en la ponencia técnica de Patrimonio del Consell. Este plan incluye tres proyectos principales: la restauración de la hostelería, la cafetería y la instalación de placas solares. «Los técnicos nos dieron la enhorabuena. El proceso es largo y lento, pero el trabajo está bien hecho», afirmó el rector con orgullo.

Aunque todavía falta completar algunos aspectos del proyecto, como un informe del ingeniero eléctrico, se espera que en enero de 2025 se obtengan las licencias necesarias del Ayuntamiento para iniciar las obras. Estas primeras actuaciones se centrarán en la legalización de las instalaciones, como la cocina y el área de hostelería, con trabajos diseñados para ser respetuosos con el edificio y su entorno histórico.

Vicens calcula que, aunque no se atreve a fijar una fecha exacta, las obras podrían estar avanzadas o incluso completadas durante 2025. «Durante el año que viene quizá puedan darse aperturas parciales», sugirió, destacando que muchas personas suben diariamente al Puig de Maria, ya que es un símbolo de identidad para los habitantes de Pollença.

En la actualidad, el acceso al recinto es limitado y solo está permitido en ocasiones puntuales supervisadas por los miembros de la Obrería. El rector recomienda a los interesados seguir las redes sociales de la Obrería para estar al tanto de los momentos en los que se permite la entrada.
Una vez completadas las obras, el rector explicó que será posible legalizar las actividades, reabrir el espacio y ofrecer una propuesta económica. Por justicia, se contactará primero con los arrendatarios (llamados ‘donats) que gestionaban el Puig antes de su cierre en 2022 para ofrecerles la oportunidad de retomar la gestión. En caso de que no acepten, se abrirá un nuevo concurso de ideas. El Puig de Maria sigue siendo un lugar de gran valor simbólico y cultural para Pollença, y su reapertura es esperada con ansias por los vecinos.