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Un nutrido grupo de vecinos de Binissalem que residen en fora vila han mostrado su malestar por el deficiente mantenimiento que el Ajuntament realiza de los caminos y de la señalización de estas vías. «Nos tienen olvidados, los caminos dan asco y están llenos de suciedad, con señales derribadas o tapadas por la vegetación. Algunas las reponen, pero acaban igual que las anteriores por culpa de accidentes o de vandalismo», señalan los vecinos denunciantes.

Las quejas se centran principalmente en el Camí de Son Roig y en el Camí de ses Pedreres, donde los baches a lo largo de estas estrechas carreteras muy concurridas son muy frecuentes. Un residente en la zona del Son Roig reitera la necesidad «de que se instalen las señales de tráfico de forma correcta y no apoyadas en paredes o tapadas por otros carteles de pruebas deportivas que se llevan a cabo en este recorrido. Un día sucederá un accidente grave y luego todo serán lamentos».

En el caso del Camí de ses Pedreres, las quejas provienen principalmente por el paso de camiones de gran tonelaje que se hacen viajes hacia la cantera. Los vecinos mantienen que «el camino no está preparado para soportar tanto trajín, que ha aumentado en los últimos meses, y es tan estrecho que a veces dos camiones han bloqueado el paso a los conductores de otros vehículos». Por esta razón exigen al Ajuntament de Binissalem «que regule el tráfico pesado en esta zona porque provoca daños en el pavimento que no se reparan nunca y continuamente tenemos que soportar el paso de camiones enormes, cuando en el pasado eran mucho más pequeños». Se sienten «olvidados, parece que el Ajuntament prioriza a las empresas antes que a las personas».