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Entre turrones, polvorones, porcelles, cocas de patata y otras delicias navideñas, en el municipio mallorquín de Santa Maria del Camí hay un producto estrella de la Navidad: la llet d’ametla. Esta leche vegetal endulzada y aromatizada que el pueblo heredó de los frailes que habitaron el Convento de los Mínims se toma con cocas de patata o ensaimadas, durante estas fiestas.

Molino de leche de almendra de Can Vinagre

Sebastià Pastor trabajando en el molino de Can Vinagre.

Las tradiciones solo perduran si los más jóvenes logran hacérselas suyas antes de que se pierdan con cada generación que pasa. Por ello, el Ajuntament de Santa Maria organizó una cata de esta bebida tan apreciada y un recorrido cultural por los lugares donde aún quedan antiguos molinos para moler la almendra. La actividad estuvo dirigida por la doctora en Historia y archivera municipal, Camí Dols, quien explicó que los orígenes de la llet d’ametla se sitúan en el siglo XVII. «Concretamente en el año 1682, cuando los frailes de la orden de los Mínims dejan el convento de La Soledat de Palma y se marchan a la part forana de Mallorca; una de sus reglas es la prohibición del consumo de leche de origen animal, por ello se las ingeniaron para obtener la proteína necesaria elaborando leche de almendra». Pese a que distintas comunidades de Mínims se establecieron en Santa Maria, Sineu o Campos, la traición de elaborar llet d’ametla solo perdura en Santa Maria y en los pueblos vecinos de Pòrtol y Pla de na Tesa.

Molino para elaborar leche de almendra en Mallorca
Uno de los molinos es origininario del Convento de los Mínimos, fundado en el siglo XVII.

Durante la actividad, el público pudo degustar tres tipos de llet d’ametla: la leche cruda, sin ningún tipo de condimentos; la leche ya hervida con canela, azúcar y piel de limón, del celler Sebastià Pastor, conocido popularmente como Can Vinagre; y finalmente, la leche de Can Caragol, cuyo molino es originario del convento de los Mínims. Después de la cata, los asistentes visitaron los cuatro molinos que quedan en funcionamiento en Santa Maria: Can Vinagre, Can Caragol, Can Cama y Es Cabàs. Con esta ruta descubrieron las tradiciones navideñas más arraigadas de Santa Maria y pasaron una mañana de lo más dulce.