La ecologista Miriam Steup, junto con sus compañeros de City Cleaners German, recogió basura en el Port de Sóller durante horas. | Privada/Mallorca Magazin

TW
51

El temporal que azotó Mallorca en los días previos a la Nochebuena provocó cierto caos en las playas y arrastró muchos residuos del mar a la costa. Un grupo de veraneantes alemanes se ha dedicado a la tarea de dejar su Isla favorita mejor de lo que la encontraron.

Por ello, los activistas de City Cleaners del distrito de Schwarzwald-Baar se pusieron manos a la obra y liberaron las calles y playas de Port de Sóller de basura, residuos plásticos y colillas de cigarrillos desechadas en Nochebuena.

El activista medioambiental Georg Bentele, de City Cleaners Germany, fue imparable durante la campaña de recogida de basura. Foto: Privada

La activista ambiental Miriam Steup describió la acción de la siguiente manera en Facebook: «Unos días antes hubo una tormenta y arrastró toda la basura del mar a la tierra y también a través de los torrentes. Desde entonces, la basura ha estado tirada en la playa. Trozos de plástico, latas... De estábamos bastante agotados de transportar bolsas de basura, pero no podíamos dejar todo eso atrás, así que cancelé las reservas en los restaurantes, nos arremangamos y recogimos hasta el anochecer».

Mallorca no es el único lugar en el que City Cleaners Germany está comprometida con el medio ambiente. El grupo también está activo en la Selva Negra y en el Mar Báltico. «Solo esperamos poder sensibilizar a la gente con nuestras acciones», dice Steup. En declaraciones a Mallorca Magazin expresó que «para mí la protección del medio ambiente no tiene fronteras regionales. La basura se desecha ilegal y despiadadamente en la naturaleza en todo el mundo, ya sea en la Selva Negra, en el Mar Báltico o en Mallorca y es igualmente dañina en todas partes». Además, también reflexionó que las colillas de cigarrillos son perjudiciales en dos aspectos: «Los filtros de los cigarrillos están hechos de plástico y están impregnados con unas 7.000 sustancias tóxicas. Estas sustancias entran en las aguas cuando entran en contacto con la lluvia».

Las botellas de plástico en particular causarían un gran daño, explica el activista: «Las muchas botellas y latas de aluminio desechadas se podrían reciclar muy bien. Pero esto desperdicia cantidades increíbles de recursos. Un sistema de depósito sin duda ayudaría hasta cierto punto. Nuestra propia huella ecológica tampoco es insignificante, si se piensa solo en el vuelo a Mallorca. De esta manera, al menos podemos devolver algo al medio ambiente», concluyó.