Lloret de Vistalegre celebró este martes el centenario de su independencia de Sineu con un emotivo acto que fusionó historia, cultura y reconocimiento. La jornada comenzó con el Ball de Brocalet y, a continuación, Toni Oliver, quien presentó el evento, dio la bienvenida a los asistentes, destacando la importancia de la fecha. En su intervención, recordó a los alcaldes que han presidido el municipio durante estos cien años y agradeció la presencia de alguno de ellos como Arnau Mateu, Miquel Coll, Joan Jaume y Antoni Bennasar.
Montse Cueto, Jueza de Paz y miembro de la Comisión del Centenario, ofreció un repaso histórico sobre la segregación de Lloret, subrayando que «la independencia de Llorito debe entenderse como un proceso histórico que comienza a finales del siglo XVIII» y detalló los hitos clave que culminaron con la independencia en 1924. Por su parte, el actual alcalde, Sebastià Amengual, reflexionó sobre la identidad del pueblo, afirmando que «la identidad de un pueblo no viene dada con su nacimiento, sino que es la labor de sus habitantes, día a día, lo que va modelando su historia».
Además, anunció que 2025 estará marcado por una serie de actividades conmemorativas: «Queremos un 2025 lleno de actos», destacando la colaboración con la Obra Cultural Balear y otras entidades locales. El acto continuó con una representación de los dimonis, en homenaje a la figura histórica de Bernat Regis Costa Corredor, y se aprovechó para presentar el logo del Centenario, obra del diseñador Jordi Navarro, quien explicó que su diseño «quiso transmitir la unión entre el pasado y el futuro de Lloret».
Como cierre, se descubrió una placa conmemorativa en la casa donde se constituyó el primer consistorio del municipio.La celebración culminó con un recital de la soprano Paula Riera, descendiente de Lloret, acompañada por Marc Cladera al piano. Este acto no solo sirvió para rememorar el pasado de Lloret de Vistalegre, sino también para proyectar su futuro.
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Cuando se independizó de Sineu era "Llorito", así reza en el mapa del cardenal Despuig de 1784, en el de Vicente Mut de 1683, como en el del geógrafo Tomás López de 1773 y muchos más. El filósofo, arabista y dialectólogo Álvaro Galmés de Fuentes (EPD) afirmó que Llorito derivaba del latín «Lauretum» (Bosquecillo de laureles) y que "la modificación de la “e”en “i” se debió al influjo árabe, eliminando “-um”, lo que confirma el carácter mozárabe o árabe del topónimo". Esta tesis también fue suscrita por el eminente filólogo, lexicógrafo y etimólogo Juan Corominas, catalán por cierto y por Mascaró Pasarius, arqueólogo, cartógrafo, toponimista, historiador balear. Llorito es el pueblo del centro de Mallorca que ha llevado desde antiguo este nombre tradicional, de estirpe autóctona, que decidieron catalanizar a ultranza, cambiándolo por “Lloret de Vista Alegre” sin argumentar los motivos, pues jamás ha existido en Mallorca un Lloret y menos de Vistalegre. Y es falso como muchos catalanistas mantienen que cambiaron Llorito por Lloret de Vistalegre tras la independencia de Sinéu en 1924. Juan Corominas también indicó que podría ser que cambiaran el nombre del Pueblo de Loreto por la virgen de Loreto, a Llorito pero duda mucho de esa acepción pues su patrón es Santo Domingo.