Roto el pacto de gobierno en Bunyola: SOMAvi - El Pi pasa a la oposición y deja solo al PP

La alcaldesa, Marian Serralta, «celebra» la decisión y asegura que su cese era «inminente»

Imagen de la toma de posesión de Marian Serralta como alcaldesa de Bunyola. | R.D.

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La coalición SOMAvi - El Pi ha anunciado este jueves por la tarde la ruptura de su pacto de gobierno con el Partido Popular en el Ajuntament de Bunyola, tras casi dos años de colaboración. La decisión ha llevado a la dimisión de los regidores Miquel Ballester, María Victoria Muñoz y Gerard Díaz de sus cargos delegados, quienes ahora pasarán a la oposición.

La decisión no ha sorprendido, ya que en los últimos días la tensión entre ambos partidos había crecido considerablemente y que tampoco se trata de la primera vez que hay una crisis de gobierno. De hecho, en mayo, cuando el alcalde todavía era Juan Antonio Riera (PP) ya hubo desacuerdos que generaron cierta inestabilidad en la relación.

El secretario general de SOMAvi, Arnau Llinàs, explicó en un comunicado que la decisión de abandonar el equipo de gobierno se debe al reiterado incumplimiento del pacto de gobernabilidad por parte del Partido Popular, especialmente en lo referente a la Entidad Local Menor (ELM) de Palmanyola. Según Llinàs, las partidas presupuestarias acordadas para este núcleo han sido transferidas de manera irregular y, en algunos casos, recortadas sin explicación. Además, denuncian que no se han tramitado las modificaciones urbanísticas acordadas ni se ha impulsado la regulación del financiamiento del núcleo.

Otro de los puntos de fricción ha sido la gestión económica, que SOMAvi considera «desmesurada e irresponsable», señalando el caso de la partida de fiestas, que pasó de 105.000 euros presupuestados a un gasto final de 484.501,46 euros en 2024. Desde SOMAvi han asegurado que seguirán trabajando por «el bienestar de Bunyola».

Por su parte, la alcaldesa de Bunyola, Marian Serralta, ha «celebrado» la ruptura del pacto y ha afirmado que el cese de los regidores de SOMAvi era «inminente» debido a que el acuerdo de gobierno era ya «insostenible». Con esta salida, el PP queda en minoría en el Ajuntament, lo que le obliga a negociar con alguna de las otras formaciones con representación, como Esquerra Oberta de Bunyola, el PSOE o Vox, para mantener la estabilidad del consistorio. Otra de las opciones es que el PP gobierne en minoría, lo que implica depender del voto de la oposición para tirar adelante los proyectos. «Encaramos la gestión municipal en solitario y abiertos a llegar a consensos con todas las formaciones políticas», declararon ayer desde el PP.