La silueta del vehículo se distingue por su línea descendente. | Miquel Àngel Llabrés

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El nuevo Mercedes GLC Coupé deriva directamente de un modelo que se puso a la venta hace muy poco, el GLC. A diferencia de éste, el Coupé se distingue por contar con una línea más deportiva, sin perder su carácter SUV.

Este nuevo modelo se situaría un escalón por debajo del Mercedes GLE, con el que tiene bastantes elementos en común (la estética deportiva por encima de todo), aunque con unas medidas inferiores. El GLC Coupé es uno de los modelos que hacía falta a esta marca alemana para equipararse con su máxima competencia, BMW, que ya hace algún tiempo cuenta con el X4, que sería el equivalente.

El diseño del Merceedes GLC Coupé destaca por contar con una parte delantera muy agresiva, con unos grandes faros y parrilla, elevada respecto al suelo, lo cual marca mucho la deportividad del vehículo.
Lateralmente se puede ver perfectamente que sigue esa línea deportiva descendente en lugar de ascendente, lo cual hace que tenga un gran coeficiente aerodinámico y aun mayor deportividad.

La parte posterior es la que se distingue más respecto al SUV del que deriva, ya que los faros son mucho más finos, también con iluminación led, que hace una figura muy bonita de noche.

PROPULSOR
El motor que hemos probado es el 220 d, el conocido propulsor de 2.143 cc y 170 CV que tan buen resultado ha dado en todos los vehículos en los que se ha montado. Las prestaciones del GLC Coupé son bastante notables, aunque sin ser explosivas. Así, tarda 8,3 segundos para acelerar de 0 a 100 Km/h y la velocidad máxima es de 210 Km/h.

El cambio automático de 9 velocidades cuenta con una gran suavidad de marcha y cuando necesitas potencia para poder adelantar la ofrece sin problemas. En las recuperaciones, el 220d se muestra también bastante bien, ya que las relaciones son bastante cortas, lo cual facilita que de forma rápida vuelva a acelerar sin problema.

Este chasis aguanta mucho más motor pero el de 170 CV es suficiente para aquellas personas que quieren la potencia justa para poder adelantar sin problemas y con un mantenimineto contenido. De hecho, este propulsor tiene un consumo muy comedido, ya que los 5 litros que anuncia la marca para una conducción mixta, nosotros lo hemos elevado a poco más de un litro más, lo cual es muy bajo para un vehículo de estas dimensiones y peso.

El comportamiento en carretera es donde el Coupé se muestra un poco más ágil que el SUV, sin que haya una diferencia excesiva. Este mejor comportamiento viene dado por su perfil más bajo porque en las suspensiones no se aprecia demasiada diferencia entre uno y otro.

En las curvas tiende un poco al balanceo, sin que eso sea síntoma de pérdida de tracción en ningún momento, ya que es capaz de trazar las curvas de forma rápida sin que el control de tracción deba de actuar, a no ser que se lleve al extremo.

Del interior no descubriremos nada nuevo de la marca Mercedes, ya que siempre se ha distinguido por cuidarlo al máximo y en este caso no es una excepción. Las calidades utilizadas en el Mercedes GLC Coupé son excelentes, ya que no se da cabida a plásticos de ningún tipo, con lo cual los ruidos interiores brillan por su ausencia.

Los marcadores siguen el patrón clásico, además de llevar una pantalla central a color, entre los dos relojes, que cuenta con toda la información necesaria para llevar un tipo de conducción óptima en cada caso.
La consola central es muy limpia, sin a penas interruptores -sólo los de la climatización-, que viene rematada en la parte superior con una pantalla de grandes dimensiones a color no táctil.