La nueva gama Countryman incluirá motorizaciones gasolina, diésel, híbrido enchufable y eléctrico puro.

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Después de haber alcanzado un éxito indudable, Mini acaba de renovar uno de sus modelos más emblemáticos, el Countryman. Un vehículo que ahora crece notablemente en comparación con su predecesor, acentúa su diseño minimalista exterior y presenta un interior totalmente renovado apostando por la conectividad. Y además, próximamente, también incorporará dos propulsores totalmente eléctricos que se sumarán a los tres de gasolina y uno diésel disponibles.

El nuevo Countryman ofrece una mayor presencia, favorecida sin duda por su longitud 4,433 m, –13 cm más que su predecesor– y su altura, 1,843 m –6 cm más–, sin olvidar tampoco su mayor distancia entre ejes –2,692 m–. Externamente, con su silueta vertical y minimalista, apuesta por convertir este crossover compacto en un vehículo claramente diferente del resto, gracias a sus voladizos y capó corto, generosa distancia entre ejes y grandes llantas que le otorgan mayor presencia. Los faros delanteros ya no están enmarcados con elementos cromados, el capó está ligeramente curvado y la banda negra que lo rodea es más estrecha. Otros detalles se centran en las superficies transparentes y luces posteriores enrasadas con el grupo óptico vertical que marcan la personalidad de la zaga.

Interior digital y cálido

El nuevo Countryman mantiene el espíritu Mini en su interior pero adaptado a los nuevos tiempos tecnológicos. Mantiene la ausencia de la típica pantalla detrás del volante, concentrando toda la información en la gran pantalla OLED circular situada en el centro del salpicadero que incorporar el sistema Mini Operating System 9, que permite que todas las funciones puedan manejarse intuitivamente mediante tacto o voz. Todo ello complementado con cinco interruptores basculantes situados debajo que permiten acceder a las funciones más importantes (freno de estacionamiento, selector de marchas, tecla de arranque/parada, conmutador de modo de experiencia y control de volumen).

Un detalle interesante es la incorporación, según nivel de acabado, de las Mini Experience Mode, que amplían la experiencia en el interior mediante una unidad de proyección situada detrás de la pantalla circular. Con ello, el salpicadero brilla en diferentes patrones y colores con gráficos luminosos especiales según el modo Experience elegido.

Propulsores de todo tipo

La nueva gama ofrecerá una amplia gama de propulsores a elegir entre gasolina, diésel y eléctricos permitiendo a sus clientes elegir el que mejor se adapte a sus necesidades. Comenzando por la oferta de gasolina, la versión base es el Countryman C que monta un 3 cilindros de 1.5 litros que desarrolla 170 cv y con etiqueta ECO gracias a su hibridación ligera.

El siguiente escalón lo constituye el Countryman S, que incorpora un 4 cilindros de 2 litros que amplía su rendimiento hasta los 218 cv, también con etiqueta Eco. Para los que quieran disfrutar de unas prestaciones espectaculares, Mini sigue comercializando el John Cooper Works, que gracias a sus 300 cv disfruta de una aceleración excelente de 5, 4 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, y un sonido deportivo característico. Su velocidad máxima, 250 m/h. No faltará tampoco una variante diésel, también con hibridación ligera y etiqueta Eco. Se trata de un 2.0 litros que rinde unos muy buenos 163 cv. Todos ellos equipados con un cambio automático de 7 relaciones y en el caso del S y John Cooper Works, provistos también con tracción a las cuatro ruedas, All4.

En cuanto a la oferta eléctrica, de la que ya hablaremos con mayor detalle cuando llegue a nuestro país, Mini ofrecerá dos variantes. Una equipada con un motor de 204 cv que acelera de 0 a 100 km/h en 8,6 segundos y alcanzando los 170 km/h. Para los que quieran más prestaciones, la segunda opción, SE All4, será la equipada con dos motores y tracción a las cuatro ruedas que ampliará su rendimiento hasta los 313 cv, acelerando de 0 a 100 km/h en solo 5,6 segundos y con una velocidad máxima de 180 km/h.