El cardenal y arzobispo de Barcelona, Ricard María Carles, negó
ayer una supuesta ofensiva moralista de la Iglesia en cuestión
sexual ligada a la nueva cúpula de la Conferencia Episcopal.
El arzobispo de Barcelona, en su comunicación pastoral para el
próximo domingo «banalización de la ética sexual» difundida el
jueves, afirma que las campañas institucionales contra el sida
contribuyen «a una banalización y vaciamiento religioso y humano de
la ética sexual que lleva inevitablemente a la ruina espiritual y
moral precisamente de los más débiles».
El cardenal, en respuesta a las críticas sobre la injerencia de
la Iglesia ante este tipo de campañas informativas de las
administraciones públicas, criticó cómo se plantea a la juventud la
educación sexual, y se preguntó si no son injerencias en la vida de
las familias y personas que se vaya orientando la moral y relación
sexual de los jóvenes desde un punto de vista puramente biológico,
y no desde «una visión integral de la sexualidad».
IU anunció que estudia la posibilidad de presentar una querella
contra el arzobispo de Barcelona por posible delito contra la salud
pública.
La coalición considera como «una injerencia en la vida privada de
los ciudadanos» estas manifestaciones de monseñor Carles, y agregó:
«Ni la Iglesia católica ni ninguno de sus miembros tienen derecho a
meterse en la vida de los ciudadanos, sobre todo porque estamos en
un Estado laico».
El PSC y el PI denunciaron que la actitud del arzobispo de
Barcelona respecto a las campañas de prevención del sida es
«peligrosa» para la prevención de esta enfermedad entre los jóvenes
y supone un «atentado» contra la salud pública.
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