Beth Gerb, vicepresidenta en España de AI, que ha presentado una denuncia ante la ONU.

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Amnistía Internacional denunció ayer en rueda de prensa la brutalidad policial generalizada en Estados Unidos, aprovechando la visita a España de una de las víctimas directas de malos tratos policiales, Shirley Alejos.

La organización presentó el día 7 ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU una denuncia por la brutalidad policial en EE UU, que padecen principalmente las minorías raciales y los sectores sociales más desfavorecidos.

Los abusos policiales son un problema tan extendido que todos los años se pagan millones de dólares a presuntas víctimas, según el director de la sección española de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán.

La gran mayoría de las denuncias se refiere a agentes de policía que han golpeado a personas en el curso de detenciones, registros, controles de tráfico o incidentes callejeros, especialmente en zonas urbanas deprimidas y habitadas por grupos minoritarios.

Gran parte de estas agresiones quedan impunes. Los policías rara vez son procesados con éxito por casos de brutalidad debido, entre otros factores, a la falta de pruebas penales "la mayoría de las veces sólo se cuenta con la palabra de la víctima" o el llamado «código del silencio», según el cual los agentes de policía no se incriminan unos a otros.