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Las consecuencias del problema informático conocido como «efecto 2000» no son del todo previsibles y hay que estar preparados para afrontar contratiempos en la transición al nuevo año, advirtieron hoy los ministros de Telecomunicaciones de la Unión Europea (UE). Los Quince reconocieron que la complejidad de la cuestión es tal que «no es posible dar la absoluta seguridad de que todos los aspectos del problema del año 2000 hayan sido cubiertos a pesar de los esfuerzos hechos, y puede que surjan problemas el día 1 de enero del 2000 o alrededor de esa fecha». Los ministros coincidieron en que es necesario incrementar sobre todo la vigilancia en los sectores públicos e infraestructuras básicas, con el fin de evitar graves perjuicios a la economía europea, así como reforzar el intercambio de información entre los Estados miembros e informar adecuadamente a los ciudadanos de la naturaleza del problema. El «efecto 2000» afecta al reconocimiento de la fecha del primer año del nuevo milenio en los sistemas informáticos, que podrian bloquerase al confundir el 2000 con el año 1900 al estar programados para reconocer solo las dos ultimas cifras. Son especialmente vulnerables los sectores de Transportes, Energía, Telecomunicaciones y Finanzas. La importancia del problema ha sido reconocida por el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, a cuya iniciativa los ministros de Economía acordaron el pasado fin de semana declarar festiva la jornada del 31 de diciembre en los mercados financieros.