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MIGUEL A. AGEA - VARSOVIA El papa Juan Pablo II censuró ayer en Sandomierz, ciudad histórica al sudeste del país, el libertinaje del «amor libre» y pidió protección para la familia contra la pornografía, cuyas principales víctimas son los niños y los jóvenes.

Desde que el Pontífice apareció en el podio donde se ofició la misa ante unas 400.000 personas, que llenaban por completo la explanada de Blonia Rybitwy, a los pies del antiguo castillo reconstruido en el siglo XVII, llamó la atención el apósito que lucía sobre la sien.

El portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, tranquilizó los ánimos al explicar que no habrá cambios en el programa de la visita porque el Papa tan sólo ha sufrido una caída fortuita al tropezar cuando salía de la Nunciatura de Varsovia para embarcar en el helicóptero que le condujo a Sandomierz, a unos 300 kilómetros de la capital.

La caída no ha sido debida a bajada de tensión ni a ningún tipo de alteración de las funciones vitales, ni tampoco ha provocado ninguna alteración neurológica, causándole sólo una herida en la sien derecha que fue cerrada con tres puntos de sutura.

La Eucaristía de ayer, celebrada bajo un sol de justicia, tuvo aires de misa de campaña. Estuvo presente una nutrida representación del ejército polaco, cuya banda de música abrió el acto con la interpretación del himno nacional polaco, mientras que el sonido de una trompeta marcó las diversas partes del rito litúrgico.